16 dic 2013

2º Encuentro Panamericano sobre Manejo Agroecológico de Pasturas - PRV en las Américas

En abril de 2014 se realizará el 2º Encuentro Panamericano sobre Manejo Agroecológico de Pasturas - PRV en las Américas.

Según puede verse en el sitio de la UFSC http://letaufsc.wix.com/letaufsc 

 http://www.prvnasamericas.com.br/

La propuesta es tener un encuentro de carácter internacional para promover y fomentar la producción de rumiantes a través de la gestión agroecológica de pastizales, presentar técnicas de producción consolidados y experiencias exitosas desarrolladas sobre el tema en diversos biomas de las Américas.

28 nov 2013

GIS KOSMOS. Tutorial para crear proyecto, cortar capas, transformar y georeferenciar imágenes

Ayuda para crear proyecto SIG con Kosmos (3.0), cortar, transformar, rotar y trasladar una capa, georeferenciar imágenes satelitales o archivos de imagen con etiquetas (tif) y otras heramientas.

 

Kosmos pasos para crear proyecto nuevo. 

 

1) Abrir y crear un proyecto nuevo (como proyecto vacío)
2) Poner nombre al proyecto y agregar una nueva vista (pestaña inferior izquierda)
3) Seleccione un sistema de referencia espacial, Ej: (ESPG: 4326 – WGS84)
4) Se puede renombrar la vista.
5) Guardamos el proyecto (en menú archivo).
6) En menú archivo elegimos “Configuración” y seleccionamos las carpetas de trabajo.
7) Cerramos el gestor de proyecto y nos quedamos en la vista recién creada (vista 1).
8) En la barra de herramientas buscamos cargar datos (ej. El signo de más verde) y clic [1]
9) Abre una ventana con opciones de varios tipos de ficheros a cargar, primero cargaremos un shape (shp). Buscamos el archivo shp y aceptamos.
10) A la izquierda de la vista en una carpeta (trabajo) aparecen los shp añadidos.
11) Cliqueando en la casilla se hacen visibles.
12) Doble clic para cambiar título de la capa. (el nombre de la capa es otra cosa y sigue igual al cambiar el título
13) Es posible ordenar las capas (subir, bajar de posición) y añadir categorías (una nueva carpeta), para ello vamos al menú en vista “añadir nueva categoría”.
14) Haciendo doble clic en el título de la carpeta habilitamos cambiar el nombre, se pueden guardar estas categorías y cargarlas en otras vistas o proyectos.

Ajustar ubicación de capa. 

Algunas capas pueden aparecer en otro lugar, si queremos correrlas de escala o de lugar, tenemos la Herramientas -->conversión--> nueva transformación afin
Ejemplo: Si abrimos algunas shp de AGESIC y de MVOTMA (Uruguay)pueden aparecer en diferentes ubicaciones y escalas. Algunas transformaciónes útiles para el caso de fuentes de información públicas de Uruguay pueden ser aproximadamente:
a. La capa "ornitográfica" (de MVOTMA) la transformación es del punto izquierdo abajo, transformación en x 366622, el y 6127977 y la escala X 93000 y la escala Y 111000.
b. La transformación de la capa "geomorfológico" es traslación en x de 110300 y rota -0.05

Cortar capas. 

1)Gestor de extensiones -->sextante
2) Abrimos sextante y buscamos la herramienta, en este caso escribimos “cortar”
3) Doble clic en cortar en “herramientas para capas vectoriales”
4) Abre una ventana con dos pestañas, en la de Parámetros seleccionamos la capa vectorial a cortar, por ej capa cuenca hidrográfica, cortar por Lavalleja.
5) Mapas: debemos ir Archivo -->Gestor de proyectos
6) En las pestañas de abajo (vista, tablas mapa) elegimos mapa y luego nuevo
7) Seleccionamos la vista asociada al mapa (atención, cuando cambia la vista cambia el contenido del mapa asociado)
8) Añadimos vista, leyenda, texto, etc.
9) La leyenda se puede seleccionar capas que queremos visibles o no y se asocia a el nombre de la leyenda de la capa en la vista que se puede modificar ( tanto la leyenda como editar el estilo de la capa)

Georeferenciar una imagen (raster). 

1) Debemos tener una imagen .tif. Abrimos en archivo--> gestor de extensiones--> herramientas avanzadas.
2) Cargamos datos -->fichero de imagen--> agregamos la imagen elegida
3) Nos paramos en ella y en menú Herramientas-->conversion-->georeferenciar raster
4) Nos abre 4 ventanas, en la de la derecha cargamos la capa que usaremos para indicar la referencia.

Delimitar un área de influencia (Buffer)

1)Gestor de extensiones -->sextante
2) Abrimos sextante y buscamos la herramienta zona de influencia (doble clik)
3) Las distancias a usar deben estar relacionadas con las de las capas. Podemos modificarlas en el menú Archivo -->configuración--> Avanzadas: unidades de medición, mápas y áreas.


Determinar áreas que se superponen con una capa de puntos

1)Por ejemplo secciones policiales que abarcan un conjunto de actividades (registradas en una capa de puntos)
2) Nos paramos en la capa secciones policiales.
3) Menu Editar --> Cruce de capas (clik)
4)Capa de origen (la de área, ej sección policial). Operación espacial: Cubre a. Capa a cruzar ( la de puntos, ej actividades). Aceptamos
5) quedan seleccionadas las secciones policiales que tienen actividades. Esta seleccion podemos guardarla por ejemplo como una capa shp. En menu Vista---> Guardar capa como... Se abre un cuadro de diálogo, llenamos el mismo (nombre ej Secciones con actividades) y aceptamos. Luego se abre otro cuadro de diálogo que nos interroga ¿Si guardamos solo los elementos seleccionados? y le decimos Si.
6) De esta forma tenemos una nueva capa (en este caso Secciones con actividades)

   En http://smonteverde.blogspot.com/2013/09/sistema-de-informacion-geografica-en.html hay una extensa lista de fuentes de datos para SIG de Uruguay. 

2 oct 2013

CÁLCULO DE LA SUPERFICIE EQUIVALENTE EN HECTÁREAS CONEAT 100

Cada padrón tiene un índice de productividad, que lo fija CONEAT y que aparece en la cédula catastral. Se puede consultar en la web http://www.prenader.gub.uy/coneat/.

La superficie equivalente CONEAT 100 de un padrón surge de multiplicar la superficie real del mismo por su índice de productividad CONEAT, dividido 100. (Estas superficies se expresan en ha IC100).

Ejemplo: 
Padrón 2323: Superficie real: 522 ha 6500 m.c. 
Indice de productividad: 89 
Superficie equivalente: 522.6500 x 89 •/•100 = 465,1585 ha IC100 

En caso de que el predio este compuesto por más de un padrón, se repite esta operación para cada uno y se suman las superficies equivalentes en ha IC100 de cada padrón, obteniéndose así la superficie total equivalente en ha IC100.

CONEAT (Comisión Nacional de Estudio Agroeconómico de la Tierra). 


El índice CONEAT se relaciona a la capacidad de los suelos del país, evaluados en kg/ha de carne bovina, ovina y lana (equivalente), en base a campo natural y cuyo promedio es el índice 100. Los grupos de suelos CONEAT constituyen áreas homogéneas de suelo en base a su capacidad potencial de producir. Dichos grupos se caracterizaron mediante fotointerpretación a escala 1:40.000, verificaciones de campo y análisis físico-químicos de los suelos. Se definen 185 Grupos de suelos cada uno con su respectivo Índice CONEAT, los cuales se agrupan en 17 zonas.

El Índice de Productividad (IP) es la base del cálculo del Índice de Valor Real (IVR). 

Para un padrón el IVR se determina a partir del IP incrementado por coeficientes relativos a:
  • Proximidad del padrón a un centro poblado (para más de 25 Km. se hace = 0) Los valores están comprendidos entre 0 y 600. 
  • Ser frentista a una ruta Nacional (en caso de no ser frentista es = 0) Los valores van de 0 a 30. 
  • Puede haber otras afectaciones especiales.

12 sept 2013

Clave práctica para distinguir a campo gramíneas, principalmente invernales y en estado vegetativo.

La clave se base en "Gramíneas Uruguayas" de Rosengurtt y col. (1970) y se centra en las principales gramíneas que encontramos en sistemas de producción lecheros del Uruguay.



A.      Prefoliación conduplicada
a)      Lígula membranácea, (glabra o con pelos cortos que a lo sumo igualan a la región membranácea).
i)        Innovación comprimida. Lámina frecuentemente navicular. Lígula generalmente truncada.
(1)    Vaina entera. Hoja glabra.
(a)    Nervio medio en la cara superior prominente entre dos estrías. Vaina con pliegue hialino frontal frecuentemente. Hoja con asperezas antrorsas.
(i)      Rizoma alargado, cundidor, extravaginal.
(ii)    Cespitosa siempre de innovación intravaginal.
1.       Hoja muy tierna, lámina de 2-9 cm de longitud. Poa annua.
2.       Hoja generalmente consistente, lámina de hasta 42 cm. Lígula de 0,5 a 2 mm. Lámina plana o navicular, meristema enterrado, provista de asperezas abundantes o escazas. Poa lanígera.
(b)   Nervio medio deprimido en la cara superior. Lígula de 3 mm long. o más, trunca o aguda.
(i)      Innovación siempre intravaginal. Las hojas no tienen pelos y están plegadas, los limbos son planos con sección en «V», anchos, largos y de ápice puntiagudo, poseen colores grisáceos y azulados y su nervadura central está muy marcada. La lígula es larga, blanquecina y sin aurículas. Dactilis glomerata.
ii)       Innovación rolliza o poco comprimida.
(1)    Vaina entera, por lo menos en la primera hoja de cada innovación.
(a)    Perenne de rizoma extravaginal largo y delgado. Nervio medio en la cara superior prominente entre dos estrías. Poa montevidensis.
(b)   Anual de innovación siempre intravaginal, sin rizoma largo. Lámina de 3 a 13 cm long., con 5-7 nervios en la cara superior, hoja de cara inferior brillosa. Vulpia sps.
(2)    Vaina hendida en todas las hojas. Perenne. Innovación o rizoma intravaginal.
(a)    Lámina plana o semi plegada, con costillas muy finas iguales y numerosas en la cara superior, hojas con pelos agrupados en los lados de la lígula, poco visibles a veces (menores a 1 mm); de cara inferior lisa. Hoja muy tenaz al arrancarla. Stipa charruana
(b)   Prefoliación generalmente conduplicada.  Lolium perenne (raigrass perenne o ingles) hojas de colores verde oscuro y brillantes, con limbo de hasta 18 cm de longitud; con nervio central levemente marcado. Lígula pequeña, sin aurículas, vaina glabra, abiertas, inferiores rojizas.
B.      Prefoliación convoluta,
a)      Sin lígula.
b)      Con lígula membranácea o disuelta en pelos, a veces muy breves.
i)        Lígula disuelta en pelos más de la mitad, o vestida exterior de pelos largos que simulan continuarla. Vaina hendida. Generalmente estivales.
ii)       Lígula membranácea; o con cilias de longitud que a lo sumo igualan a la región membranacea
(1)    Heridas de bases de las vainas de hojas inferiores tiñen de rojo, innovación rolliza generalmente (hojas mayoritariamente glabras).
(a)    Innovaciones extravaginales. Perenne. Ciclo invernal. Tallo redondo, lígula membranácea grande, sin aurículas. Sin nervaduras marcadas. Phalaris tuberosa (P. aquatica) (Falaris).
(b)   Innovaciones intravaginales. Anuales. Otras Phalaris
(2)    Las heridas de las bases de las vainas de las hojas inferiores NO tiñen de rojo
(a)    Lámina con aurículas estrechas en forma de apéndice que descienden de la inserción; lineal. Innovación rolliza o poco comprimida. Vaina generalmente entera en las hojas inferiores.
(i)      Aurícula finamente ciliada, de 1-3 mm long, aguda. Innovación intravaginal. Triticum aestivum (Trigo)
(ii)    Auricula glabra.
1.       Anual de innovación intravaginal
a.       Hoja de cara inferior lisa y muy brillosa, glabra. Lolium multiflorum (Raigras).
b.      Hojas com poco o ningún brillo. Aurículas de hasta 7 mm. Hoja glabra. Vaina con matices rojizos. Hordeum vulgare (cebada).
2.       Perenne de innovación extravaginal. Bromus brachyanthera.
(b)   Láminas sin aurículas estrechas. A veces de base anchamente cordada.
(i)      La base de la lámina está reducida a una costilla gruesa y acanalada, hacia arriba la lámina se ensancha y aplana, nervio medio frecuentemente canaliculado y blanquecino en la cara superior de la parte inferior de la lámina. Ciclo estival.
(ii)    La base de la lámina es ancha y delgada a los lados del nervio medio, que a veces es imperceptible y poco engrosado. (sigue en A o B)

A.      Vaina entera, al menos en la base de las primeras hojas de cada innovación. Profilo entero. Rizoma delgado sin estolones.
a)      Innovación extravaginal generalmente. Lámina de nervio medio indistinto o poco perceptible.
i)        Hojas glabras o con pelos y asperezas antrorsas solamente. Vaina y lígula más o menos hendida desde la prefoliación. Innovación rolliza o poco comprimida.
(1)    Hoja vellosa densamente, por lo menos en la vaina, cuando la lámina es glabra la vaina es entera casi hasta el ápice.
(a)    Holcus lanatus. Hojas lineares, planas de 3-10 mm de anchura. Flores en panícula espiciforme o piramidal, de variable densidad, de hasta 15 (-20) cm de longitud; espiguillas lateralmente comprimidas. Vaina con matices o nervios rojizos. Rizoma no alargado. Vello aterciopelado corto y muy denso.
(b)   Bromus auleticus Vaina sin matices rojizos. Sin engrosamiento tuberoso en la base. Con abundantes hojas viejas desfibradas.
b)      Innovación intravaginal.
i)        Innovación comprimida (tallos achatados). Vaina entera casi totalmente en las hojas basales.
(1)    Hoja glabra, nervio medio poco o no perceptible, lígula aguda u obtusa, en las hojas superiores escurrida en forma de A. Briza minor.
(2)    Hoja generalmente de vaina vellosa, a veces también la lámina, raramente toda glabra. Lígula trunca. Follaje verdoso claro, anchas, planas. Tiene vainas cerradas pero hendidas en la parte superior, glabra o también pubescente (variable), de base blanquecina; sin aurículas, y lígula membranosa desarrollada, dentada. Bromus unioloides o catharticus (cebadilla).
ii)       Innovación rolliza o poco comprimida.
(1)    Lígula más larga que ancha en las hojas jóvenes, arrugada y acortada en hojas abiertas o viejas. Hojas con aspereza en parte finamente retorsas, glabras. Avena strigosa
(2)    Lígula generalmente más ancha que larga.
(a)    Perenne. Vaina vellosa. Bromus auleticus
(b)   Anual, raramente perennizante
(i)      Lígula grande (de 1-9 mm long.). Lámina generalmente ciliada en la parte inferior.
1.       Vaina con pelos escasos. Avena byzantina.
2.       Vaina con pelos generalmente abundantes. Avena strigosa.
(ii)    Lígula chica (menor a 2mm long.)
1.       Hojas brillosas en la cara inferior, glabra mayoritariamente o toda glabra. El raigrás anual o italiano es una planta parecida al perenne (o ingles), con hojas más largas y anchas, de color verde claro, casi amarillento, con los nervios de la hoja más marcados (levemente marcados) y el envés muy brillante. La vaina abraza el tallo, glabra y tiene dos aurículas largas y una lígula claramente visible. Los tallos tienen sección circular (redondo) y la base es de color rojizo. Lolium multiflorum. (Raigras anual)
B.      Vaina hendida desde la base en todas las hojas.
a)      Lígula más larga que ancha, arrugada y contraída en hojas abiertas frecuentemente.
b)      Lígula más ancha que larga.
i)        Lígula biaguda asimétrica, con la longitud mayores en los lados, hasta el doble de la mediana. Hoja con pelos cortos, muy ásperos en las caras, lámina plana de nervio medio indistinto.
ii)       Lígula truncada, obtusa o de otras formas, de longitud mayor en el medio que en los lados.
(1)    Estolón alargado, con entrenudos más largos que gruesos, todos o en parte generalmente glabros y sin catáfilas escamiformes, perennes en general; innovaciones intravaginales.
(2)    Sin estolón.
(a)    Rizomas con entrenudos generalmente más largos que gruesos, con catafilos cortos escamiformes. Innovaciones frecuentemente extravaginales. Lámina generalmente plana a veces acanalada. Lígula truncada.
(b)   Rizoma breve. Planta cespitosa.
(i)      Hojas con un grupo de pelos a cada lado de la lígula; cuando la hoja es vellosa los pelos del grupo son más largos o densos que los demás. Sin estolón. Vaina hendida. Nervio medio poco notable o poco engrosado.
1.       Lámina de ápice punzante. Stipa brachychaeta
2.       Lámina de ápice no punzante.
a.       Lámina con cilias, las inferiores mayores que el ancho de la lámina; de caras glabras, nervio medio engrosado en la parte inferior y casi indistinto hacia la mitad.
b.      Lámina glabra o vellosa con cilias cortas.
i.        Innovación intravaginal
A. Hoja glabra. Stipa hialina, (también puede tener innovaciones extravaginales)
B. Hoja vellosa, a veces con pelos retrorsos, al menos en la base. Lámina plana, vellosa por lo general; mechón de pelos en el borde donde se inserta la lígula, cara interior con nervaduras numerosas. Stipa setigera (o Stipa neesiana) (Flechilla)
ii.       Innovación extravaginal (otras Stipas)
(ii)    Hoja toda glabra, o pelos dispuestos variablemente pero no agrupados a los lados de la lígula.
1.       Anual. Innovación intravaginal.
2.       Perenne.
a.       Innovación intravaginal. Ciclo estival.
b.      Innovación extravaginal, rolliza, a veces un poco comprimida. Lámina con cilias breves en la base, glabra el resto de la hoja; de nervio medio finamente engrosado. Hoja de cara inferior brillosa, la lámina tiende a quedar en ángulo recto con respecto al tallo, con nervadura muy marcada. Presenta collar, que es una banda de tejido meristemático que logra incrementar la longitud de la hoja. Una vez que la lámina tiene su máxima longitud, las células en el collar cesan de dividirse. La región del collar de la festuca alta es distintiva. Las aurículas pequeñas son redondas con vellos finos. La lígula es corta y membranosa, mide hasta 2 mm. Los tallos son redondos, los florales son huecos. La base del tallo normalmente es rojiza.  Festuca arundinaceae.

21 ago 2013

Interacción biológica pastura animal

La herbivoría es sin duda la interacción biológica que se nos viene a la mente, pero no es la única y decir que sea la más importante, es al menos riesgoso o aventurado.


vacas en pastoreo
 La vaca actúa sobre el pasto. “En un Centro experimental americano se estaba estudiando, desde el punto de vista botánico y en pequeñas parcelas, diferentes tipos de tréboles blancos, El profesor que nos acompañaba nos dijo: “La variedad A produce rendimientos más elevados que la variedad B, pero, en cambio, carece de interés; al principio del verano es atacada y destruida por la cicadela de la patata (Empoasca fabae). La variedad B, por el contrario no es atacada.” Pasamos después a otro Centro americano, en donde se experimentaban también las dos variedades A y B. Esta vez era una prueba real con pastoreo por vaca. El mismo profesor nos explicó que la variedad B no tenía nada que hacer frente a la variedad A, que daba rendimientos lácteos muy superiores: “¿No tienen cicadela en su región?”, preguntamos. “Nos invaden”, fue la respuesta. Adivinando nuestro pensamiento, el profesor sonriente, añadió: La cicadela ataca la variedad A cuando está no es pastoreada. Pero, en el pastoreo a diente, la reproducción de la cicadela es impedida por la pezuña y por el diente del animal.” Así son comprensibles los errores que puede acarrear la prueba botánica en sí misma, cuando no tiene en cuenta las relaciones que deben existir entre la planta y la vaca” (Voisin, 1974). 

Veamos pues, imaginemos por un momento un conjunto de vacas pastoreando una pastura mezcla de varias especies. Las vacas cortan las plantas y se comen esas partes (herbivoría, +/-). El animal se ve beneficiado (+) por el suministro de agua y nutrientes en esa acción, al tiempo que las plantas se ven perjudicadas (-) por la pérdida de área foliar y las heridas infringidas por el diente del animal. Ahora bien, en los bocados dados por el animal, corta varias plantas cercanas, por lo que también reduce la competencia por luz y nutrientes de plantas cercanas. Si no fueran pastoreadas unas plantas sombrearían a otras (competencia, -/-) y las raíces competirían por los mismos nichos, al ser pastoreadas se reduce la competencia de las hojas por la luz y mueren raíces liberando nichos para nuevas raíces. Este consumo vegetal por los animales es selectivo, por lo que algunas plantas se verán más perjudicadas que otras, las plantas (a) cercanas a las pastoradas se verán entonces beneficiadas por la remoción de hojas de otras plantas (b) que le sombreaban. El animal no se beneficia por no comer a la planta (a), pero ésta si se beneficia del pastoreo, tenemos aquí una relación de facilitación de las condiciones de vida para las plantas no pastoreadas (facilitación, o/+). Ahora volvamos a la planta comida, el consumo de la planta normalmente no es total, solo se remueva parte de las plantas, si las partes de las plantas removidas son viejas (menos eficientes fotosintéticamente) o están “enfermas”, la planta pratense se verá beneficiada. Esta situación es común en presencia de algunos hongos fitopatógenos, insectos, virus, etc. que pueden afectar partes de las plantas, al ser pastoreadas las plantas rebrotan “sanas”, si no lo fueran, podrían no persistir, tal como fue el caso planteado por Voisin más arriba (protocooperación, +/+ o mutualismo). Veamos, en la protocooperación, se benefician ambas, sin embargo, no son estrictamente dependientes una de otra y la interacción no es necesaria para la supervivencia de ambas. Un paso más avanzado de cooperación como el mutualismo no necesariamente implica una intima asociación física o biológica, recordemos que el grado máximo de cooperación es la simbiosis. Aunque todos estos términos se aplican a interacciones mutualmente beneficiosas, difieren en el grado de obligatoriedad de la interacción y/o en el tiempo en el cual consideremos la relación. En un ecosistema de pradera, las plantas pratenses necesitan el pastoreo en forma “obligatoria”, las plantas se han adaptado al mismo y en muchas situaciones en ausencia de pastoreo hay especies que pueden desaparecer en el mediano plazo, tal como acontece en las exclusiones (mutualismo, +/+). 

Una planta, pongamos el caso de un trébol, puede estar asociado simbióticamente con rhizobium (simbiosis, +/+). Pero si esta planta se encuentra en un ambiente con exceso de nitrógeno (nitrato) en el suelo, esta relación puede significar un costo extra para la planta que no necesita de la asociación pues sería más “económico” tomar el nitrógeno del suelo, en este caso podríamos hablar de inquilinismo o parasitismo, la planta mantiene al rhizobium sin tener un beneficio neto a cambio (inquilinismo, o/-) o incluso ser negativo (parasitismo, -/+). Las diferencias entre parásitos, inquilinos y relaciones mutualistas pueden ser muy sutiles y lo más evidente, puede en ocasiones, hacernos caer en no valorar correctamente una determinada situación particular. 

Algo similar podríamos ver en la asociación con algunos hongos y plantas. Las micorrizas son las asociaciones simbióticas (+/+) (para algunos mutualistas) que se establecen entre ciertos hongos y las raíces de las plantas. Existen varios tipos de micorrizas, según criterios de clasificación (estructurales, funcionales, taxonómicos). El pastoreo puede afectar la intensidad de colonización de hongos porque se reduce la cantidad de fotosintatos disponibles para el hongo. Algunos hongos pueden parasitar las plantas, pero a su vez también pueden ser beneficiosas para las plantas en otros momentos. Tal es el caso de por ejemplo de los hongos causantes de fusariosis, el fusarium parasita la planta (+,-) perjudicando su desarrollo, pero a su vez la planta con fusarium será menos preferida por los animales frente al pastoreo (por la presencia de micotoxinas), lo que podría beneficiar a la planta (+,+) siempre que la infección no sea muy importante. 

Con el consumo de forraje, el animal también ingiere una gran cantidad de microorganismos (bacterias, hongos, protozoarios), algunos de los cuales pueden habitar en el interior de las vacas. Estos microorganismos pueden ser beneficiados por el ambiente ruminal y a su vez beneficiar a la vaca (mutualismo, +/+ o simbiosis). Los herbívoros convierten los productos vegetales en alimentos. La eficiencia de conversión depende, en parte, de la eficiencia de digestión de las fibras vegetales en el rumen. La digestión de la pared celular vegetal en los rumiantes depende, a su vez, de la colonización y digestión de la misma dentro del complejo ecosistema microbiano del rumen. Algunos microorganismos pueden no brindar un servicio directo a la vaca, pese a ser beneficiado por el ambiente ruminal (inquilino, o/+). Otros pueden perjudicar a las vacas, pero verse beneficiados ellos (parásitos, -/+).

 Las vacas en situación de escases de forraje se ve “obligada” a consumir plantas muertas recientemente, forraje seco (tanatocresia, +/0). Beneficioso para la vaca que usa partes del vegetal pero una vez muerta la planta. Esto puede ser beneficioso para las otras plantas al permitir la llegada de luz al suelo y estimular el crecimiento de nuevas plantas, o perjudicial por dejar el suelo desnudo. Algunos plantean la tanatocresia como una forma de comensalismo (éste último clásicamente es asociado a los carroñeros). Podría darse el caso extremo en que el sobrepastoreo lleva a la desaparición de especies vegetales y la muerte de los animales que no pueden ir a otras tierras, como puede ser el caso de una isla (exclusión mutua, -/-). Viendo en una escala más amplia, con la propiedad privada de los campos y el alambrado las pasturas fueron cambiando, los animales frente a la falta de forraje ya no pueden ir a otro lado y el sobrepastoreo “obligado” fue anualizando las pasturas, llegando en situaciones de seca a causar mortalidad de animales. En la situación inversa de abundancia de forraje, las vacas seleccionan su alimento, pudiendo nunca consumir algunas plantas (neutralismo, o/o). El consumo de partes de la planta, como puede ser el caso de semillas de algunas gramíneas en principio sería beneficiosa para el animal y sin efecto en la planta (+/o), o podría ser también beneficiosa para la planta por remover tejido muerto que hace sombra (+/+). También podría ser perjudicial al animal y no tener efecto sobre la planta (amensalismo, -/o), sería el caso de consumo de semillas contaminadas que puedan perjudicar al animal. Ciertas semillas pasan el tracto digestivo de la vaca sin ser alteradas, sin un beneficio o prejuicio para la vaca, las plantas se benefician al ser transportadas a otro ambiente vía heces (foresia, o/+). Las vacas también pueden transportar semillas de las plantas que pastorean adheridas en su cuerpo, sin sacar ninguna ventaja directa de esto (epizootia, o/+), como acontece con la flechilla. 

Muchos estudios tratan sobre la importancia de las “malezas”, por ejemplo como lugar donde habitan de enemigos naturales de insectos plagas. Entre estos tenemos a insectos que al final de su ciclo larval el hospedador muere (parasitoides, +/-) y a los depredadores (+/-). Cada parasitoide utiliza sólo un hospedador durante su ciclo de vida (diferencia respecto de los depredadores, que matan varias víctimas a lo largo de su vida), los hiperparasitoides tienen como hospederos a otro parasitoide. Las vacas al seleccionar plantas y no consumir estas “malezas”, lo que pueden beneficiar indirectamente a las plantas que consumen, al contribuir con el control de poblaciones de insectos fitófagos, favoreciendo el hábitat de parasitoides y predadores. 

Además de consumir partes de las plantas pratenses las vacas en el mismo acto pisan, el pisoteo puede afectar directamente las plantas (algunas especies son muy susceptibles al pisoteo) lo que perjudica a las plantas sin ningún beneficio directo por el pisoteo para el animal (amensalismo, o/-). El pisoteo puede además de afectar a las plantas directamente afectar el suelo, e indirectamente a todos los seres vivos que dependen de este, ya sea beneficiándolos o perjudicándolos. Algunas especies vegetales en suelos arenosos se ven beneficiadas por la compactación del suelo (facilitación, o/+) en tanto otras puedan ser perjudicadas (o/-), o sin un claro efecto neto (neutralismo, o/o). El pisoteo puede favorecer el “enterrado” de semillas, aumentando la capacidad de resiembra de algunas especies (o/+). 

Al pastorear los animales depositan heces y orina sobre el suelo y las plantas. Esto puede beneficiar o perjudicar a las mismas, tanto directamente como indirectamente. 

Difícilmente podamos hablar de competencia (-/-) por un recurso entre la vaca y las plantas pratenses. Esta podríamos encontrarla cuando compiten por el uso del agua (en una situación de seca por el agua de una aguada para bebida por la vaca y las raíces de las plantas), o la intercepción de la luz, por el espacio (alguna plantas espinosa o que dificulte el acceso), por el oxígeno, etc. pero sería muy difícil encontrar un recurso limitante para ambos en situaciones “normales”. El sobre pastoreo sería una situación en que podría llegarce a la exclusión mutua (-/-), comienza a desaparecer las hierbas, aparecer suelo desnudo y comprometer la producción animal.

Podríamos enumerar una gran serie de beneficios que las plantas pueden obtener con las vacas pastoreando que podríamos considerar menores o muy puntuales, como la protección frente a una granizada, la sombra, cortar el viento, el incremento de temperatura al echarse, etc. (o/+). Así como perjuicios por el pastoreo que no significan un beneficio directo para las vacas como la sombra, al pisoteo, transmisión de enfermedades por las heces, etc. (o/-). 

Podríamos incluso mirar en otra escala y ver que la presencia de herbívoros consumiendo los carbohidratos vegetales para su metabolismo, que serán luego respirados, genera el CO2 necesario para la fotosíntesis de las plantas (+/+). O que los gases del metabolismo animal aportan al “efecto invernadero” que mantiene la temperatura de la atmósfera adecuada para el crecimiento vegetal (+/+). Los ecosistemas de praderas necesitan obligatoriamente la presencia de herbívoros. Por ejemplo una especie como la alfalfa ha sido sin duda favorecida por el hombre y la cría de ganado, el hecho de ser una excelente forrajera y que las vacas la consuman y transformen eficientemente, ha significado su expansión en áreas que de otra forma nunca hubieran llegado (+/+). 

Las vacas entonces pueden tener las siguientes interacciones directas con las pasturas: exclusión mutua, competencia, amensalismo, neutralismo, herbivoría, comensalismo, inquilinismo, foresia, metabiosis, facilitación, protocooperación y mutualismo. 



Con respecto a las otras interacciones, la alelopatía es un fenómeno biológico por el cual un organismo produce uno o más compuestos bioquímicos que influyen en el crecimiento, supervivencia o reproducción de otros organismos animal o vegetal (puede ser positiva o negativa). En este sentido amplio tanto las vacas como las plantas producen compuestos bioquímicos que influyen en el otro, pero el término de alelopatía generalmente se usa para plantas. Parasitoidismo es sin duda una interacción que no encontramos entre las vacas y el pasto. Al igual que depredación, que se usa generalmente para especies animales, cuando un animal (el predador o depredador) caza a otro individuo (la presa) para subsistir. Algunos autores consideran a la herbivoría (que es cuando un ser vivo se come una planta) un tipo particular de depredación.

¿Podríamos llegar a hablar de simbiosis vaca-pasto? Para poder definirla como tal, es necesario que la interrelación sea estrecha y persistente, esta sería la definición más laxa de simbiosis. Pero hay quienes definen simbiosis de forma más acotada. Sumemos otro atributo, la interrelación debe ser beneficiosa para ambos. Sigamos, simbiosis facultativas u obligatorias y la de simbiosis permanentes o temporales. 

Ahora bien este “estiramiento” del concepto de simbiosis, ¿podría usarse en otro sentido? En este caso yendo del mutualismo, pasando por el comensalismo y llegando al parasitismo. En el mutualismo ambas especies se benefician, en el comensalismo la relación es beneficiosa para una de ellas e indiferente para la otra, y en el parasitismo la relación es positiva para una aunque perjudicial para la otra. ¿Podría pensarse que las vacas son algo parecido a “actoparásitas” de las pasturas?

Como vimos una misma acción de las vacas sobre el pasto (como el corte a diente de parte de la planta), puede ser catalogada de diferente forma según varios factores y escalas de tiempo consideradas, o dicho de otra forma será diferente la valoración de dicha interacción. 

Sin duda, hay muchas escuelas en relación a la clasificación de las interacciones biológicas, y muy lejos esta lo planteado aquí, de tener la intensión ni pretensiones de ser la última palabra. Tan solo intentamos plantear que al analizar algo en apariencia tan simple como una vaca pastando, donde la herbivoría se evidencia como “la” interacción biológica, podemos ver también una inmensa cantidad de otras interacciones. Como vimos el tipo de interacción depende del signo que le adjudiquemos, o sea como valoremos los beneficios y perjuicios de la relación. En las relaciones biológicas puede ser difícil utilizar los conceptos como “costo” o “beneficio” o directamente ser de poca utilidad. Esta valoración depende, entre otras cosas, del factor tiempo, que es el cual debe dominar nuestro abordaje de las interacciones biológicas, así como de las condiciones locales y particulares del análisis.

13 ago 2013

Interacciones biológicas (2)

Primero abordamos las definiciones, algunos conceptos y clasificaciones generales de las interacciones biológicas en: Interacciones biológicas. Clasificaciones

Ahora veremos como estas interacciones se complejizan en una red de interacciones y retroalimentaciones positivas y negativas en los ecosistemas.


Esquema simplificado de interacciones biológicas entre dos organismos. 





Las relaciones biológicas entre organismos son directas e indirectas, conformando una gran red, con retroalimentaciones negativas y positivas, así como efectos temporales bien diferentes. Un herbivoro (como una vaca) consume una planta (trébol), la relación directa y más evidente es la herbivoría, con un efecto positivo para el herbívoro y efecto negativo en la planta que reduce su área foliar. Pero las interacciónes no empiezan y terminan en este momento, hay consecuencias y retroalimentaciones de esa acción, que se continúan en el tiempo generando una cascada de feeddback positivos y negativos, con otras especies e individuos de la misma especie.

Figura: Ejemplos de retroalimentaciones positivas y negativas en los ecosistemas (Chapin et al. 1996). El efecto de cada organismo (o recursos) en otros organismos puede ser positivo (+) o negativo (-). Retroalimentaciones son positivos cuando los efectos recíprocos de cada organismo (o recursos) tienen el mismo signo (ambos positivos o ambos negativos). Retroalimentaciones son negativas cuando los efectos recíprocos difieren en signo. Retroalimentaciones negativas resisten las tendencias de los ecosistemas al cambio, mientras que las retroalimentaciones positivas tienden a empujar a los ecosistemas hacia un nuevo estado. (Fuente: Chapin y col, 2002. Principles of Terrestrial Ecosystem Ecology)


5 ago 2013

Antibioticos para la alimentación animal en Uruguay.

Syringe with Green FluidEn 1946, el profesor Moore en Wisconsin, descubrió que la estreptomicina aumentaba la tasa de crecimiento en los polluelos. En los años 50 distintas investigaciones confirmaron que el uso de pequeñas dosis de antibióticos favorece el crecimiento de los animales. Este descubrimiento hizo que durante décadas los antibióticos se usaran con un fin diferente al tratamiento de enfermedades.

En Uruguay, el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) prohibió la importación, fabricación, comercialización y uso de alimentos para animales que contengan antibióticos como promotores de crecimiento. Así lo dispuso el decreto 98/011 que entró en vigencia a principios de junio de 2011.

El primer motivo que justifica la prohibición es que “el suministro de alimentos que contengan en su formulación antibióticos aumenta el riesgo de resistencia antimicrobiana en los animales y puede constituir un factor de riesgo para la Salud Pública”. Pero la prohibición recae sólo sobre las especies bovina y ovina; las dos principales de la industria ganadera Uruguaya y no para otras especies como aves y cerdos. Pese a que los antibióticos han sido aplicados con fines no terapéuticos en la cría de aves y cerdos también en nuestro país, pero la prohibición no alcanza a estas especies pese a ser igualmente susceptibles de favorecer la aparición de bacterias resistentes si son sobremedicadas o usados como "preventivos" (uso inexistente).

Entonces ¿Por qué la normativa es aplicable sólo para ovinos y bovinos?


vacas alimentadas en confinamiento con ración formuladaEl decreto enuncia un segundo motivo para la prohibición: “Los mercados compradores de productos de origen animal, exigen la garantía de inocuidad de dichos productos, mediante el control del suministro de medicamentos veterinarios a través de la alimentación de los animales”. Ovinos y bovinos son las especies ganaderas que Uruguay exporta a países de la Unión Europea y otros. El mercado europeo exige cumplir con exigencias de inocuidad de los alimentos,y realiza exámenes para la detección de residuos, y tiene exigencias de trazabilidad.

En Uruguay las industrias avícolas y porcícolas no exportan a la Unión Europea y abastecen principalmente al mercado interno. Según el MGAP (web abril 2011) la adopción del decreto 98/011 surge principalmente por las negociaciones que Uruguay realizó con Suiza para exportarle carne vacuna y ovina. La adaptación de nuestra normativa permite que su precio aumente 30% al ser quitada del envoltorio una etiqueta que ponía que era carne producida con sustancias prohibidas.

De modo que si sólo se controlan los productos ganaderos que serán exportados ¿qué pasa con la inocuidad de los demás alimentos de origen cárnico que consumimos en Uruguay? ¿Hasta cuando seremos ciudadanos de segunda?¿y la seguridad alimentaria de los Uruguayos?

9 jul 2013

Dinámica de los pastos, de Voisin, 1971. Conclusiones




LA CIVILIZACION, FORMA SUPREMA DE LA ECOLOGIA DINAMICA

Del suelo, al hombre, a través de la hierba.

Después de nueve años de esfuerzo la última obra de la serie:
Productividad de la Hierba,
Suelo, Hierba, Cáncer,
Dinámica del Pasto,
ha terminado (…)
He aquí, pues, terminados los tres elementos de este trabajo.

Por otra parte, al final de la presente Dinámica del Pasto, me parece oportuno examinar brevemente algunas de las enseñanzas generales que se desprenden de este libro, y que se apoyan en las dos obras precedentes.

El carácter ecológico particular del hombre.
(…) En la presente obra hemos estudiado la adaptación de la flora pratense al medio y a sus variaciones. Se trata de una adaptación «pasiva», que representa una de las formas de la ecología dinámica.

Pero creo que los ecólogos han descuidado el «carácter ecológico» particular del hombre. Es notable que nos encontremos frente al único ser vivo capaz de modificar intencionadamente y de una manera «activa» su medio para adaptarse a él.

El milagro y la catástrofe de la civilización mediterránea.

Esta adaptación «activa» consiste no solamente en reaccionar frente a lo que Taynbee (1946) llama los desafíos de la Naturaleza, sino en prevenirlos. Se trata, con respecto al hombre, de modificar de la manera más favorable posible la asociación Suelo-Planta-Animal-Hombre.

(…) Cuando la transformación del medio por el hombre está mal conducida, acarrea la desaparición de las civilizaciones más florecientes. Entre los años 15.000 a 9.000 antes de J. C., el calentamiento del clima obligó a los pueblo a abandonar las praderas saharianas (y otras) para marchar hacia el inmenso bosque postglaciar que rodeaba el Mediterráneo.

El magnífico equilibrio establecido entre el suelo y el hombre en las riberas de Creta, de Grecia y de Asia Menor, parece haber tendido a hacerse cada vez más difícil de mantener entre los siglos VII y V antes de nuestra era.

Se agotó el suelo ya roturado. Más tarde se abatieron los bosques, esperando aumentar más la superficie de los suelos cultivables; este desequilibrio de la Naturaleza solarmente sirvió para ayudar a terminar de destruir, con la erosión, los suelos agotados. En una palabra, se practicó la ecología dinámica destructora.

La huida, forma de adaptación pasiva de las masas humanas.

A esta ecología dinámica, de apariencia activa, pero que no era más que un esfuerzo desesperado, siguió la forma pasiva de adaptación, tan conocida en la historia: la huída. Se abandonaron las tierras que se habían arruinado para ir a arruinar otras más lejos. Después de haber agotado el suelo de Grecia, se marchó a agotar el de Sicilia; más tarde, el de Italia meridional. Después del Líbano y Palestina fue África del norte.

La civilización mediterránea, madre de nuestra civilización actual, habría desaparecido si los hombres de esta época no hubiesen podido, ir a establecerse en otras tierras aún no roturadas en el noroeste de Europa.

Pero en la actualidad no hay «huida» posible, ya que casi todas las tierras están ocupadas, agotadas o inutilizables.

Nuestra civilización no podrá mantenerse ni prosperar si no sabemos practicar la ecología dinámica constructiva que permita al hombre vivir en simbiosis con el suelo, sin destruir el equilibrio del mismo.

Así, pues, nos parece interesante examinar los dos factores que pueden conducir a la destrucción de la armonía entre los ele­mentos del suelo. El primero contribuyó siempre a arruinar las civilizaciones. El segundo entró en juego por, primera vez en nuestra poca y fue siempre ignorado por todas las civilizaciones precedentes.

EI abono orgánico humano de las ciudades gigantescas no vuelve al suelo.

En el transcurso de la época de decadencia de las civilizaciones, la destrucción del suelo estuvo siempre impulsada y aún acelerada por el absentismo de las masas humanas, que aban­donaban el campo para ir a amontonarse en las ciudades.

Como lo ha señalado admirablemente Spengler en su Decadencia de Occidente, el fin de las civilizaciones se caracteriza por la concentración de la mayoría de la población en gigantescas metrópolis: Babilonia, Atenas, Roma, Bizancio (antiguamente), Londres. París, Berlín, Nueva York (actualmente).

Esta monstruosa concentración urbana ha privado y priva al suelo de la mayor parte del precioso abono orgánico humano. A falta de este alimento, los organismos del suelo son cada vez menos activos.

La falta de humus reduce las cantidades de elementos asimilables del suelo.

De ello resulta un agotamiento del suelo en humus y una disminución de los elementos asimilables, incluso si los elementos totales están presentes en cantidades relativamente importantes. El alimento carenciado, así producido, disminuye la energía y la vitalidad de las poblaciones.

Este no-retorno de los excrementos de las poblaciones ciudadanas ha desempeñado probablemente un enorme papel en la ruina de las civilizaciones.

Es lo que Spengler y otros filósofos de la historia han olvidado señalar cuando muestran el paralelismo entre el desarrollo de las inmensas metrópolis y la decadencia de las civilizaciones.

A este fenómeno general, se añade un fenómeno nuevo que no había aparecido nunca en las demás civilizaciones.

Nuestra civilización occidental conoce un fenómeno desconocido hasta ahora por el resto de las civilizaciones anteriores, fenómeno de incalculables consecuencias, que, según nuestra opinión puede ser excelentes o catastróficas. Este fenómeno es el empleo de abonos minerales con el fin de aumentar el rendimiento de las cosechas.

Me he preguntado muchas veces si este empleo de abonos no sería en realidad una especie de «huída» hacia otras tierras.

El hombre ha creado nuevas superficies cultivables virtuales mediante los abonos minerales: producir, merced a estos abonos, 50 quintales de trigo por hectárea, allí donde no se producían más que 10, significa prácticamente colonizar cuatro hectáreas de nuevas tierras.

Ya no podernos pasarnos sin los abonos minerales.

El empleo de los abonos minerales representa uno de los mayores progresos de la humanidad, tan importante y de consecuencias mucho mayores como el descubrimiento de los automóviles o de los cohetes interplanetarios. Nadie puede discutir que estos abonos han permitido un considerable aumento en la producción y un descenso en el precio de coste de los productos alimenticios. Han contribuido, pues, a la elevación del nivel de vida.
En muchos casos, si han sido bien utilizados, los abonos minerales pueden asimismo mejorar la calidad de los productos. Pero pueden tener también graves consecuencias.

Las "hambres clandestinas" de los pueblos.

El empleo de los abonos minerales, si se realiza de manera poco prudencial, como generalmente suele ocurrir en la actualidad, puede ocasionar graves desequilibrios en el suelo, reduciendo las cantidades asimilables de ciertos elementos minerales, Ahora bien, estas cantidades ya han sido reducidas, como ocurrió al final de otras civilizaciones, por el hecho de la disminución de la intensidad de vida de los organismos del suelo, privados del retorno del excremento humano de las gigantescas metrópolis modernas.

De esta forma se crean carencias «clandestinas», tan peligrosas para el hombre y para las civilizaciones como las verdaderas hambres: en efecto, estos desequilibrios o estas deficiencias en elementos minerales alterarán profundamente el metabolismo de las células del hombre. (…)

El lento agotamiento de la energía de los pueblos.

Los historiadores, con justa razón, demuestran cómo fueron desapareciendo las civilizaciones tan pronto como arruinaron su suelo (…) Pero, quién podría decirnos en qué medida estos suelos, antes de ser destruidos por la erosión, no sufrieron primero un agotamiento «clandestino» de magnesio o de cobre asimilables? A este agotamiento progresivo del suelo, no correspondería una lenta decadencia, física y moral, de los hombres cuyos antecesores habían creado en otros tiempos potentes y prósperos imperios?

Esta pregunta podrá parecer osada; pero, no obstante, la experiencia de un gran bioquímico inglés la presenta como muy real.

Estudiantes y pueblos indisciplinados.

Hopkins (premio Nobel y profesor de Bioquímica) fue llamado un día en consulta a un pensionado. El director se quejaba de que sus alumnos se habían vuelto, hacia ya un año, indisciplinados y nerviosos, mientras que hasta entones habían sido siempre muy dóciles

El sabio inglés buscó la causa alimenticia de este nerviosismo y la encontró: el cierre de una tienda, situada frente a la escuela, en la que se vendía fruta. Los alumnos, con sus pequeños ahorros, buscaban en ella regularmente melocotones o naranjas, completando así sus necesidades de vitamina C que faltaba en la alimentación de la escuela, compuesta, sobre todo, por carnes hervidas, conservas, confituras, etc. Hopkins aconsejó al director que añadiese frutas y diversos alimentos crudos a la alimentación de los alumnos. Todo volvió a estar en orden: la escuela recuperó su calma y su disciplina.

Si todo un pueblo se ve privado de vitamina C en su alimentación, se volverá tan nervioso e indisciplinado como el grupo de alumnos de que acabamos de hablar. Esta indisciplina es característica en la historia del fin de las civilizaciones.

El empobrecimiento de la alimentación en vitamina C puede procede r de mue-has causas, especialmente del hecho de que frecuentemente la alimentación de la población de las grandes ciudades puede contener mucha menor cantidad de dicha vitamina que la de los habitantes del campo, poseedores de huertos.

EL agotamiento del suelo desgasta lentamente al hombre.

Lo que nos interesa aquí es la relación ecológica entre el hombre y el suelo. Ahora bien, sabemos que el metabolismo de la vitamina C está bajo el control de enzimas que, directa o indirectamente, son controlados por el cobre.

Por otra parte, es sabido que cualquier deficiencia del suelo en cobre asimilable altera diversos mecanismos fundamentales de la vida. No es, pues, osado suponer que una deficiencia del suelo en cobre asimilable pueda causar efectos muy parecidos a los producidos por una carencia de vitamina C, puesto que ésta no podría cumplir ya sus funciones.

Sabemos además que la f alta de cobre en la alimentación de la madre gestante crea en el niño que ha de nacer perturbaciones del sistema nervioso.

Otra carencia cada vez más corriente de nuestros suelos es la del magnesio. Los animales carentes de magnesio se vuelven excesivamente nerviosos e hiperexcitables mucho antes de que sean atacados por la parálisis. Asimismo, cada día se descubre en el hombre mayor cantidad de enfermedades nervios causadas por carencias de magnesio

La influencia del suelo sobre la psicología de los pueblos y especialmente sobre su combatividad.

Podremos así comprender mejor que un agotamiento «clandestino» del suelo en cobre y en magnesio, debido a sistemas de cultivo defectuosos puede modificar en un sentido desfavorable la psicología de los pueblos hacia naciones hiperexcitables, nerviosas e ingobernables, como ocurre siempre en las épocas de civilizaciones decadentes.

Los pueblos que no han sabido vivir en una feliz asociación ecológica con su suelo, y lo han agotado, verán disminuir lentamente su fuerza moral y psíquica mucho antes de que puedan aparecen los signos visibles de la destrucción del suelo.

El gran bioquímico Abderhalden ha titulado uno de sus libros: Los vestigios de ciertas sustancias determinan nuestro destino. Digamos, generalizando: Los vestigios de ciertos elementos de1 suelo determinan el destino de los hombres y de las civilizaciones.

El "homo mechanichus" ha perdido el sentido del suelo.

Es lo que, desgraciadamente no ha comprendido todavía el hombre moderno: el «Homo mechanichus» no se preocupa en absoluto del suelo que produce sus alimentos. Lo que quiere es un alimento lo más barato posible.
El hombre de la ciudad ejerce una considerable presión sobre el hombre del campo, para que éste produzca más y a menor precio. Hemos dicho que los abonos químicos ayudan notable­mente a obtener tal resultado. Pero también hemos señalado que estos mismos abonos, si se emplean mal, pueden crear en el suelo graves deficiencias en elementos minerales asimilables.
Ello acarreará, finalmente, peligrosas carencias en el hombre y el agotamiento de sus fuerzas morales y físicas. Esta actitud de las masas ciudadanas corresponde, cuando es acentuada, a un verdadero suicidio biológico.

El hombre no puede sobrevivir más que asociado al suelo, y no como parásito suyo.
El porvenir de nuestra civilización, mecanizada y sometida a la química, depende de la forma en que sepamos concebir la ecología dinámica. Debemos aprender a dominar nuestro medio ambiente sin destruirlo.

Se trata de que el hombre viva, no como un parásito del suelo, sino en asociación con los elementos vivos de este suelo: De la vida del suelo depende la vida del hombre y de las civilizaciones.


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(Voisin, A. 1971. Dinámica de los pastos. Editorial Tecnos. Madrid. España. 452 p)