11 feb 2019

Declaración del Foro Internacional sobre Agroecología - Mali 2015


Declaración del Foro Internacional sobre Agroecología
Nyéléni, Mali
27 de febrero de 2015
Somos delegadas/os en representación de distintas organizaciones y movimientos internacionales de productoras/es y consumidoras/es a pequeña escala, entre los que se encuentran campesinas/os, Pueblos Indígenas, comunidades, cazadoras/es y recolectoras/es, familias de agricultoras/es, trabajadoras/es rurales, ganaderas/os y pastoras/es, pescadoras/es y movimientos urbanos. Juntos, los distintos sectores que representan nuestras organizaciones producen un 70% de los alimentos consumidos por toda la humanidad. Ellos son los principales inversores del sector agrario, así como los principales proveedores de empleo y de medios de subsistencia del mundo.
Nos hemos reunido aquí en el Centro de Nyéléni en Sélingué, Malí, desde el 24 al 27 de febrero de 2015, para llegar a un acuerdo sobre Agroecología como elemento clave en la construcción de la Soberanía Alimentaria, así como para desarrollar estrategias conjuntas con objeto de fomentar la Agroecología y protegerla de la cooptación. Estamos muy agradecidas/os al pueblo de Malí por habernos brindado una calurosa bienvenida a esta preciosa tierra. Ellas/os nos han enseñado a través del ejemplo que el diálogo entre distintas formas de conocimiento debe fundamentarse en escuchar con respeto y construir colectivamente las decisiones comunes.Presentamos así nuestra solidaridad a las hermanas y hermanos de Malí que luchan —a veces sacrificando sus vidas— para defender sus territorios de la última oleada de apropiación de tierras que está afectando a muchos de nuestros países. La Agroecología significa afrontar juntas/os el ciclo de la vida, y esto implica también afrontar juntas/os el ciclo de luchas contra la apropiación de tierras y la criminalización de nuestros movimientos.

CONSTRUIR DESDE EL PASADO, MIRAR HACIA EL FUTURO

Nuestros pueblos, sectores, organizaciones y comunidades han avanzado mucho en la definición de la Soberanía Alimentaria como estandarte en la lucha conjunta por la justicia y como el marco más amplio en Agroecología. Nuestros sistemas de producción ancestrales se han desarrollado a lo largo de los siglos y durante los últimos 30 a 40 años este método ha dado en conocerse con el nombre de Agroecología. Nuestra Agroecología incluye una práctica y producción eficaces, implica procesos directos entre agricultoras/es a escala territorial, escuelas de formación y la elaboración de constructos teóricos, técnicos y políticos sofisticados.
En 2007, muchas/os de nosotras/os nos reunimos aquí en Nyéléni, en el Foro para la Soberanía Alimentaria, con objeto de fortalecer nuestras alianzas y ampliar y profundizar nuestros conocimientos sobre Soberanía Alimentaria, a través de una construcción colaborativa entre los distintos sectores. De igual forma, nos hemos reunido en el Foro de Agroecología 2015 para enriquecer el concepto de Agroecología mediante el diálogo entre los diversos pueblos productores de alimentos, consumidores, comunidades urbanas, mujeres, jóvenes y demás agentes. Hoy, nuestros movimientos, organizados a escala global y regional en el Comité Internacional de Planificación Internacional para la Soberanía Alimentaria (IPC), han dado un nuevo paso histórico.
Las distintas formas de producción alimentaria minifundista basadas en la Agroecología generan conocimientos en lo local, fomentan la justicia social, promueven la identidad y la cultura y fortalecen la viabilidad económica de las áreas rurales. Como pequeñas/os agricultoras/es, defendemos nuestra dignidad cuando elegimos producir de forma agroecológica.

SUPERAR MÚLTIPLES CRISIS

La Agroecología es la respuesta a la cuestión de cómo transformar y restablecer nuestra realidad material en el contexto de un sistema alimentario y un mundo rural que se han visto devastados por la producción industrial de alimentos y sus llamadas Revoluciones Verde y Azul. Contemplamos la Agroecología como un modo fundamental de resistencia a un sistema económico que sitúa el beneficio económico por delante de la vida.
El modelo corporativo sobreproduce alimentos que nos envenenan, acaba con la fertilidad de la tierra, es responsable de la deforestación de áreas rurales, la contaminación del agua y acidificación de los océanos y la extinción de la pesca. Los recursos naturales esenciales se han mercantilizado y el aumento de los costes de producción nos está apartando de las áreas rurales. Roban las semillas de las/os agricultoras/es y las revenden a precios exorbitantes, para ser cultivadas como variedades que dependen de productos agroquímicos contaminantes y muy caros. El sistema de producción alimentaria industrial es el motor principal de las múltiples crisis climatológicas, alimentarias, medioambientales y de salud pública, entre otras. El libre comercio y los acuerdos de inversión corporativa,los acuerdos de resolución de litigios entre inversores y Estados y otras soluciones falsas tales como los mercados del carbón y la creciente financialización de la tierra y los alimentos, etc., han agravado dichas crisis. La Agroecología, dentro de un marco de Soberanía Alimentaria, nos brinda un camino colectivo para avanzar y superar las crisis.

LA AGROECOLOGÍA EN UNA ENCRUCIJADA

El sistema de producción alimentaria industrial está comenzando a agotar su potencial de producción y de beneficio debido a sus contradicciones internas —como la degradación de la tierra, malas hierbas resistentes a herbicidas, la merma de la pesca y plantaciones de monocultivo devastadas por plagas y enfermedades— y las consecuencias negativas de las emisiones de gases de efecto invernadero, las crisis sanitarias de desnutrición, obesidad, diabetes, enfermedades de colon y cáncer provocadas por dietas en las que predominan los alimentos industriales y la comida basura son cada vez más ostensibles.
La presión popular ha propiciado que múltiples instituciones, gobiernos, universidades y centros de investigación, algunas ONG y demás organizaciones, finalmente reconozcan la importancia de la «Agroecología». Pese a todo, estas han tratado de redefinirla como un conjunto exiguo de tecnologías, para ofrecer así algunas herramientas que aparentan mitigar la crisis de sostenibilidad de la producción alimentaria industrial, mientras las estructuras existentes de poder permanecen incólumes. Esta cooptación de la Agroecología para afinar el sistema alimentario industrial, al tiempo que sus propulsores se llenan la boca con un discurso de tinte ecológico, ha recibido diversos nombres, tales como « agricultura adaptada al cambio climático», «intensificación sostenible» o «ecológica», producción industrial en monocultivo de alimentos «orgánicos», etc. Nosotros no reconocemos estas prácticas como Agroecología: las rechazamos y lucharemos para desenmascarar y detener su apropiación insidiosa del término.
Las soluciones reales a las crisis climáticas, de desnutrición, etc., no pueden partir de un sometimiento al modelo industrial. Debemos transformarlo y construir nuestros propios sistemas alimentarios locales que propicien vínculos entre el medio rural y el urbano, y se basen en una verdadera producción de alimentos agroecológicos por parte de las/os campesinas/os, pescadoras/es artesanales, pastoras/es, Pueblos Indígenas, agricultoras/es urbanas/os, etc. No podemos permitir que la Agroecología sea una herramienta más del modelo de producción alimentaria industrial: nosotras/os la contemplamos como una alternativa esencial a ese modelo y como el medio para transformar la manera en que producimos y consumimos los alimentos en algo mejor para la humanidad y para nuestra Madre Tierra.

NUESTROS PILARES Y PRINCIPIOS COMUNES DE AGROECOLOGÍA

La Agroecología es una forma de vida y el lenguaje de la Naturaleza que aprendemos como hijas/os suyos. No es un simple conjunto de dispositivos tecnológicos y prácticas de producción. No puede aplicarse de la misma manera en todas las regiones. Más bien, se basa en principios que, aunque puedan ser similares en la amplia diversidad de nuestros territorios, pueden ponerse y se ponen en práctica de muy distintas maneras, de forma que cada sector contribuye con los matices de su realidad y cultura locales, siempre respetando a la Madre Tierra y nuestros valores comunes y compartidos.
Las prácticas de producción de Agroecología (tales como el cultivo intercalado, la pesca tradicional y pastoreo móvil, la integración de cultivos, árboles, ganado, semillas locales y cría de animales, etc.) se basan en principios medioambientales como la fabricación de vida en el suelo, el reciclado de nutrientes, la gestión dinámica de la biodiversidad y la conservación de energía en todas las escalas. La Agroecología disminuye drásticamente nuestro uso de materias adquiridas externamente que sólo se pueden comprar a la industria. No utiliza agrotoxinas, hormonas artificiales, transgénicos u otras tecnologías nocivas.
Los territorios locales son un pilar fundamental para la Agroecología. Los pueblos y comunidades tienen derecho a conservar los vínculos espirituales y materiales con sus tierras. Tienen el derecho de proteger, desarrollar, controlar y reconstruir sus estructuras sociales consuetudinarias y a administrar sus tierras y territorios, incluyendo las áreas pesqueras, tanto de forma política como social. Esto implica un reconocimiento pleno de sus leyes, tradiciones, costumbres, sistemas de tenencia e instituciones, y constituye el reconocimiento de la autodeterminación y autonomía de los pueblos.
Los derechos colectivos y el acceso al Bien Común son pilares fundamentales de la Agroecología. Compartimos el acceso a los territorios que son hogar para muchos grupos afines y tenemos sistemas consuetudinarios sofisticados para regular el acceso y evitar conflictos, que queremos preservar y fortalecer.
Estos distintos conocimientos y formas de conocer de nuestros pueblos son fundamentales para la Agroecología. Desarrollamos nuestras formas de conocimiento mediante el diálogo (diálogo de saberes). Nuestros procesos de aprendizaje son horizontales y paritarios, y se basan en la educación popular. Tienen lugar en nuestros centros y territorios de formación (las/os agricultoras/es enseñan a otras/os agricultoras/es, las/os pescadoras/es a otras/os pescadoras/es, etc.) y son también intergeneracionales, favoreciendo con ello un intercambio de conocimientos entre jóvenes y personas mayores. La Agroecología se desarrolla a través de nuestra propia innovación, investigación, selección de cultivos y cría de ganado.
El núcleo de nuestra cosmovisión es el equilibrio necesario entre la naturaleza, el cosmos y los seres humanos. Reconocemos que los seres humanos no somos más que una parte ínfima de la naturaleza y el cosmos. Compartimos una conexión espiritual con nuestras tierras y con la red de la vida. Amamos nuestras tierras y a nuestros pueblos, y sin ellos no podríamos defender la Agroecología, luchar por nuestros derechos o alimentar al mundo. Rechazamos la mercantilización de todas las formas de vida.
Las familias, comunidades, colectivos, organizaciones y movimientos son la tierra fértil sobre la que florece la Agroecología. La autoorganización y acción colectiva son los medios que posibilitan el crecimiento de la Agroecología, la construcción de sistemas alimentarios locales y el desafío al control corporativo de nuestros sistemas alimentarios. La solidaridad entre los pueblos, entre las poblaciones rurales y urbanas, es un ingrediente crucial.
La autonomía de la Agroecología desplaza el control de los mercados globales y propicia el autogobierno de las comunidades. Significa minimizar la utilización de materias adquiridas del exterior. Requiere la remodelación de los mercados para que estos se fundamenten en los principios de economía solidaria y en la ética de la producción y el consumo responsables. Fomenta los canales de distribución reducidos, justos y directos. Implica una relación transparente entre productoras/es y consumidoras/es y se basa en la solidaridad de los riesgos y beneficios compartidos.
La Agroecología es política; exige que desafiemos y transformemos las estructuras de poder en la sociedad. Debemos poner el control de las semillas, la biodiversidad, la tierra y los territorios, el agua, el conocimiento, la cultura y el Bien Común en manos de los pueblos que alimentan al mundo.
Las mujeres y sus conocimientos, valores, visión y liderazgo son capitales para poder avanzar. La migración y la globalización implican que el trabajo de las mujeres es cada vez más crucial y pese a todo siguen teniendo menos acceso a los recursos que los hombres. Con demasiada frecuencia no se reconoce ni se valora su trabajo. Para que la Agroecología alcance su máximo potencial, debe haber una distribución equitativa del poder, de las tareas, de la toma de decisiones y de la remuneración.
La juventud, junto con las mujeres, proporciona una de las dos principales bases sociales para la evolución de la Agroecología. Esta puede propiciar un espacio radical para que los jóvenes contribuyan a la transformación social y ecológica que está en marcha en muchas de nuestras sociedades. La juventud tiene la responsabilidad de perpetuar el conocimiento colectivo aprendido de sus padres/madres, abuelas/os y ancestros. Son las/os administradoras/es de la Agroecología para las generaciones futuras. La Agroecología debe crear una dinámica territorial y social que facilite oportunidades para la juventud rural y valore el liderazgo de las mujeres.

ESTRATEGIAS

Estamos construyendo, defendiendo y fortaleciendo la Agroecología en conjunción con otras/os. Nuestras estrategias de desarrollo incluyen:
I. Fomento de la producción agroecológica mediante políticas que...
  1. Sean territoriales y holísticas en su enfoque respecto a las temáticas sociales, económicas y de recursos naturales.
  2. Protejan el acceso a la tierra y a los recursos para fomentar una inversión a largo plazo por parte de las/os pequeñas/os productoras/es de alimentos.
  3. Garanticen un enfoque inclusivo y responsable en la administración de recursos, producción alimentaria, políticas de contratación pública, infraestructuras urbanas y rurales y planificación urbana.
  4. Fomenten procesos de planificación verdaderamente democratizados en conjunción con los gobiernos y autoridades locales pertinentes.
  5. Fomenten unas normativas de saneamiento y salud pública apropiadas que no discriminen a las/os pequeñas/os productoras/es y elaboradoras/es de alimentos que practican la Agroecología.
  6. Fomenten políticas para integrar los aspectos de salud y nutrición de la Agroecología y de las medicinas tradicionales.
  7. Garanticen a las/os pastoras/es el acceso a y el control de los pastos, las rutas de migración y fuentes de agua, así como servicios móviles tales como los sanitarios, de educación y veterinarios, que se basen en y sean compatibles con las prácticas tradicionales.
  8. Garanticen los derechos consuetudinarios sobre el Bien Común. Aseguren políticas de semillas que garanticen los derechos colectivos de las/os campesinas/os a utilizar, intercambiar, cultivar, seleccionar y vender sus propias semillas.
  9. Atraigan y presten apoyo a las/os jóvenes para que se sumen a la producción de alimentos agroecológicos mediante el afianzamiento del acceso a la tierra y a los recursos naturales, garantizando ingresos justos y el intercambio y transmisión de conocimientos.
  10. Den soporte a la producción urbana y periurbana agroecológica.
  11. Protejan los derechos de las comunidades que practican la caza y recolecta salvaje en sus áreas tradicionales y fomenten la restitución de los territorios a sus niveles ecológicos y culturales anteriores.
  12. Apliquen políticas que garanticen los derechos de pesca de las comunidades.
  13. Apliquen las Directrices Voluntarias sobre la Tenencia de Tierra, la Pesca y los Bosques del Comité sobre Seguridad Alimentaria Mundial y las Directrices Voluntarias para lograr la Sostenibilidad de la Pesca en Pequeña Escala de la FAO.
  14. Desarrollen y apliquen políticas y programas que garanticen el derecho a una vida digna para las/os trabajadoras/es rurales, incluyendo una verdadera reforma agraria y una formación en Agroecología.

II. Compartir conocimientos

  1. Intercambios horizontales (entre campesinas/os, pescadoras/es, pastoras/es, consumidoras/es y productoras/es, etc.) e intercambios intergeneracionales y entre tradiciones muy distintas, siempre incluyendo las ideas nuevas. Las mujeres y los jóvenes deben tener prioridad.
  2. Control de los pueblos sobre la agenda, objetivos y metodología de las investigaciones.
  3. Sistematización de las experiencias para aprender de y construir sobre la base de la memoria histórica.

III. Reconocimiento del papel central de las mujeres

  1. Luchar por los derechos de la igualdad de la mujer en cada esfera de la Agroecología, incluyendo los derechos laborales y de las/os trabajadoras/es, el acceso al Bien Común, el acceso directo a los mercados y el control de los ingresos.
  2. Los programas y proyectos deben incluir por completo a las mujeres en todas sus fases, desde las primeras formulaciones de la planificación y aplicación, hasta las funciones de toma de decisiones.

IV. Construir economías locales

  1. Fomentar mercados locales para productos locales.
  2. Apoyar el desarrollo de infraestructuras financieras, instituciones y mecanismos alternativos para proporcionar apoyo tanto a las/os productoras/es como a las/os consumidoras/es.
  3. Remodelar los mercados alimentarios mediante relaciones nuevas de solidaridad entre productoras/es y consumidoras/es.
  4. Desarrollar vínculos entre las experiencias de economía solidaria y los sistemas de garantía participativa, cuando resulte apropiado.
V. Continuar desarrollando y difundiendo nuestra visión de la Agroecología1. Desarrollar un plan de comunicación para difundir nuestra visión de la Agroecología.
  1. Fomentar los aspectos sanitarios y nutricionales de la Agroecología.
  2. Fomentar el enfoque territorial de la Agroecología.
  3. Fomentar las prácticas que permitan a la juventud llevar a cabo una regeneración permanente de nuestra visión agroecológica.
  4. Fomentar la Agroecología como herramienta clave para minimizar los residuos alimentarios y las pérdidas en el sistema alimentario.

VI. Construir alianzas

  1. Consolidar y fortalecer alianzas existentes tales como la establecida con el Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (IPC).
  2. Ampliar la alianza a otros movimientos sociales y organizaciones e instituciones públicas de investigación.

VII. Proteger la biodiversidad y los recursos genéticos

  1. Proteger, respetar y garantizar la gestión de la biodiversidad.
  2. Recuperar el control de las semillas y del material reproductivo e implementar los derechos de las/os productoras/es a utilizar, vender e intercambiar sus propias semillas y crías de animales.
  3. Garantizar que las comunidades pesqueras desempeñen el papel más importante en el control de las vías de navegación marina y continental.

VIII. Enfriar el planeta y adaptarse al cambio climático

  1. Garantizar que las instituciones y gobiernos internacionales reconozcan la Agroecología tal y como se define en este documento, como solución primordial para abordar y adaptarse al cambio climático, y no en su versión de «agricultura adaptada al cambio climático» u otras versiones falsas.
  2. Identificar, documentar y compartir buenas experiencias de iniciativas locales de Agroecología que aborden el cambio climático.

IX. Denunciar y combatir la apropiación corporativa e institucional de la Agroecología

  1. Combatir las tentativas corporativas e institucionales de apropiarse de la Agroecología como medio de promoción de los transgénicos, y otras soluciones falsas y nuevas tecnologías peligrosas.
  2. Desenmascarar los intereses creados de las empresas corporativas ocultos tras ardides técnicos como la agricultura climáticamente inteligente, la intensificación sostenible y el «ajuste» de la acuacultura industrial.
  3. Combatir la mercantilización y financialización de los beneficios ecológicos de la Agroecología.
Hemos constituido la Agroecología mediante numerosas iniciativas y luchas. Tenemos legitimidad para conducirla hacia el futuro. Los políticos no pueden avanzar en la Agroecología sin nosotros. Deben respetar y apoyar nuestros procesos agroecológicos en vez de seguir apoyando a las fuerzas que nos destruyen. Hacemos un llamado a nuestros pueblos compañeros para que se unan a la tarea colectiva de construir un futuro común sobre la base de la Agroecología, como parte de nuestras luchas populares para erigir un mundo mejor, un mundo fundamentado en el respeto mutuo, la justicia social, la igualdad, la solidaridad y la armonía con nuestra Madre Tierra.