28 abr 2015

Sustentabilidad de la agricultura familiar

producción agropecuaria familiar

Introducción

Siguiendo a O´connor (2000) lo “sostenible” tiene una connotación a la vez práctica y moral. ¿Existe acaso alguien que se oponga a la “sostenibilidad”? El significado más elemental de “sustentar” es “conservar algo en su ser o estado”, como mantener un cierto ingreso. ¿Qué productor estaría en contra de mantener su capital y mantener su reproducción? Otro significado posible es el de “proveer de alimentos o medios de vida”. ¿Qué pequeño productor descapitalizado o con poca tierra, o que trabajador rechazaría este significado? Y otra definición es la de “persistir sin ceder”, “defender una posición” o “mantener un estilo de vida o cultura” ¿Qué pequeño agricultor no se resiste a caer ante los impulsos expansionistas del gran capital, enorgulleciéndose por su “persistencia”? Una cuarta forma de definir o encarar el tema es la “sustentabilidad ecológica”, aun cuando es escaso el acuerdo en el significado preciso de esta expresión, si es a nivel de especie, a nivel de ecosistema, bioregión o planeta, si considera los aspectos biofísicos o se combinan con dimensiones socioeconómicas, etc. ¿Quién está en contra de la defensa de “la naturaleza”?

Sostenimiento o sustentabilidad abarca entonces varios sentidos complementarios y contrapuestos; “Sostener el curso de la acumulación capitalista”; “Proporcionar medios de vida a la población mundial”, “estrategias de resistencia, por aquellos que son afectados por la relación trabajo capital” y “la sostenibilidad ecológica”.

O´connor (2000) plantea que estamos en presencia de una lucha a escala mundial por determinar cómo serán definidos y utilizados términos como el “desarrollo sostenible” o el “capitalismo sostenible”. Esto quiere decir que la “sostenibilidad” es una cuestión ideológica y política, antes que un problema ecológico y económico. En un sentido similar Pierri y Foladori (2001) planteaban que los problemas ambientales deben ser enfrentados, en primera instancia, como lo que son: problemas sociales.

Parafraseando a O´connor, si se define “sostener” de estas cuatro maneras, la respuesta breve a la pregunta “¿es posible la producción agrícola familiar sostenible”? es “no”, y la larga es “probablemente no”. Los productores familiares como unidad económica mercantil capitalista, no escapan a las tendencias del sistema mundial. El capitalismo tiende a la autodestrucción y a la crisis; la economía mundial profundiza la diferenciación social y la concentración de capital; no se puede esperar que los pequeños productores y trabajadores soporten la crisis indefinidamente y, como quiera que se defina la “sostenibilidad”, la base material “natural” está siendo atacada en todas partes.
La producción agropecuaria familiar, mercantil, capitalista, podrá resistir (en este sentido ser más o menos sustentable en el mediano plazo) según como se gestionen las contradicciones del sistema capitalista mundial a escala global y nacional o local. Los sistemas productivos familiares podrán resistir aisladamente, pero esta resistencia, no es de por sí, una contratendencia al sistema. ¿Podría llegar a serlo en el marco de una organización social que la contenga?

Sustentabilidad de la producción agrícola familiar.

Pretendemos aquí abordar la sustentabilidad en forma acotada a la producción agrícola familiar en Uruguay, en un sentido de mediano plazo (2 o 3 generaciones) y quizás pragmático, considerando tanto aspectos sociales, como económicos y biofísicos. 

La producción agropecuaria familiar será sustentable en el mediano plazo, en tanto logre alcanzar una cierta rentabilidad y acumulación de capital, logre mantener las condiciones de producción y el acceso a bajo costo de las mismas. Y en el largo plazo en tanto logre articular-se en un modelo socio-productivo que al menos trascienda a las relaciones capitalistas de producción.

El primer aspecto toma en cuenta la necesidad de rentabilidad y acumulación (sustentabilidad económica), los productores individuales necesitan aumentar o mantener una cierta tasa de ganancia, ya sea aumentando la productividad del trabajo, acelerando los procesos productivos, bajando los salarios u otros mecanismos de mayor producción con menor número de trabajadores. En el caso de la producción familiar, la opción es acelerar los procesos de producción, no explotar más a los trabajadores (que generalmente son ellos mismos) y conduciría a una in-sustentabilidad del sistema particular.

Auto explotarse podría ser una alternativa, de hecho lo es para un gran número de productores familiares, y aquí pasamos al segundo aspecto, donde la reproducción de la fuerza de trabajo entra en juego, como una de las condiciones de producción. Una de las particularidades de la producción agropecuaria familiar es que en un mismo predio (espacio físico) conviven un sistema de producción y la reproducción de la familia. Cuando hablamos de auto-explotarse hablamos -es claro- de bajar costos, pero también de condiciones de vida, ¿hasta qué punto aceptan restringir sus expectativas de calidad de vida?

Estas “condiciones de producción” son al menos: 1) la reproducción de la fuerza de trabajo, 2) los recursos o condiciones naturales y 3) la infraestructura urbana-rural, en términos genéricos el espacio. Éstas, según O´connor, están por fuera de la ley del valor en -el sentido Marxista-, vale decir, son cosas que no son producidas como mercancías de acuerdo con las leyes del mercado, pero son tratadas como si fueran mercancías. La producción sostenible requeriría que estas tres condiciones de producción estén disponibles en el momento y en el lugar correcto, en las cantidades y con la calidad correctas, y con los precios ficticios correctos, por lo tanto aquí se cruzan los aspectos ecológicos, sociales y económicos de la sustentabilidad. El precio o los costos de estas condiciones y en términos más generales la capitalización de las mismas, y de la naturaleza y el ambiente en particular, tienden a elevar el costo del capital, a reducir su flexibilidad y aumentar la in-sustentabilidad de las empresas.[i]

La presencia de dificultades importantes en el abastecimiento de fuerza de trabajo, recursos naturales e infraestructura y espacio urbano plantea una amenaza a la viabilidad de los SSPP, e incluso a programas capitalistas enteros de carácter sectorial o nacional. De generalizarse, estas dificultades podrían llegar a amenazar la sostenibilidad al elevar los costos y afectar la flexibilidad del capital. De este modo, los “límites del crecimiento” no se presentan en primera instancia como el resultado de la escasez absoluta de fuerza de trabajo, materias primas, agua y aire limpio, espacio urbano y demás, sino como el resultado del alto costo de la fuerza de trabajo, los recursos, la infraestructura y el espacio (O´connor, 2000).

Pero la sustentabilidad no es solo económica, podemos ver además de los costos, cuales son las formas de reproducción de la fuerza de trabajo, de la naturaleza o el espacio que consideramos “socialmente aceptable”, donde entran en juego aspectos culturales, ideológicos, religiosos, etc. ¿Cuál es la calidad de vida a mantener o a alcanzar?, ¿cuál es un estilo de vida aceptable o deseable? ¿Cuál es la naturaleza a preservar?[ii]. Las respuestas dependerán de complejos problemas de representación, imágenes de la naturaleza, de problemas de solidaridad social, y de cómo es que queremos vivir, de legitimación y poder dentro de las comunidades.

Es importante resaltar que las condiciones de producción no son producidas de acuerdo con las leyes del mercado. Y por tanto, la regulación del mercado sobre el acceso del capital a estas condiciones, es mediada por el poder, y normalmente a través del estado, y es éste quien se encarga en caso de ser requerido (en general pero no exclusivamente, por el capital) de producir las mismas ya sea directa o indirectamente. Aquí, en este tercer aspecto, entra en juego el poder político del capital, el Estado y también el poder de las organizaciones sociales (en sentido amplio). Estamos hablando de los aspectos normativos, legislaciones y los diferentes organismos como el MGAP, el Instituto de Colonización, INIA, etc. y no solamente los vinculados directamente a la producción, todo el andamiaje estatal y paraestatal interviene en esta asignación de recursos. Es por esta razón que a lo largo de la historia se observa que los grandes avances del capital se dan cuando ésta controla el estado.[iii]

Entonces, ahora siguiendo a Braudel, podemos analizar la sustentabilidad en los tres estratos de la realidad, la base material, el mercado y el antimercado.

Los SSPP sustentables deben:
1.       generar procesos agroecológicos –productivos y no productivos- que permitan la reproducción de la base material, (salud, calidad de vida, reproducción de la familia, etc…)
2.       mantenerse en el mercado, al tiempo que
3.       generar mecanismos de producción e intercambio con lógicas de gestión no capitalistas, procesos asociativos, cooperativos…
4.       luchar por el acceso a las condiciones de producción a bajo costo y -sobre todo- generar política anticapitalista (justicia, democracia, participación, libertad…).

Un sistema de producción individual en el corto plazo requiere los primeros dos aspectos, en tanto que en el mediano y largo plazo requiere de organizaciones agropecuarias que apunten a el tercer y cuarto aspecto mencionado, lo que no quita que las organizaciones puedan – y deban- contribuir también a los dos primeros aspectos y de esta forma mejorar las posibilidades de sustentabilidad a corto plazo.

Bibliografía

Braudel, F. 1986. La dinámica del capitalismo. Fondo de cultura económica. Méjico. 48 p.

Kovel, J. 2005. El enemigo de la naturaleza. ¿El fin del capitalismo o el fin del mundo?, Bs. As., Tesis 11, 269 p.

O´Connor, J. ¿Es posible el capitalismo sostenible?Papeles de Población [en linea] 2000, 6 (Abril-Junio). Cconsulta: julio de 2015. en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11202402  ISSN 1405-7425.

Pierri N. y Foladori G.  (Editores). 2001. ¡Sustentabilidad? Desacuredo sobre el desarrollo sustentable. Montevideo. Trabajo y Capital.




[i] Algunos como O´connor (2000) o Kovel (2005) llaman a esta la “segunda” contradicción del capitalismo, esto es, la reducción de las “ganancias marginales” generada por la contradicción entre el capital y la naturaleza (y otras condiciones de producción), asociada a los efectos económicos adversos para el capital que surgen del ambientalismo y otros movimientos sociales. Amin (1999) plantea que la segunda contradicción intrínseca al capitalismo es la contradicción entre la “racionalidad del cálculo económico” y la necesidad de salvaguarda del porvenir de la vida del planeta, y que ningún método de “interiorización de costos externos” se encuentra a la altura de este desafío. A éstas, suma una tercera contradicción, el contraste creciente entre “centro y periferia”.

Existen dos razones principales para esta 2º crisis. Primero, una razón sistémica, que consiste en que los capitales individuales tienen pocos incentivos para utilizar las condiciones de producción de manera sostenible, sobre todo cuando se enfrentan a malos tiempos económicos creados por el propio capital. La primera ocurre cuando capitales individuales defienden o recuperan ganancias mediante estrategias que degradan las condiciones materiales y sociales de su propia producción, o que no logran mantenerlas a lo largo del tiempo. Este es el caso, por ejemplo, del descuido de las condiciones de trabajo (lo que termina por producir un incremento en los costos sanitarios), de la degradación de los suelos (que acarrea un descenso en la productividad de la tierra), o de desatender las infraestructuras urbanas en proceso de deterioro (aumentando así los costos derivados de la congestión y de la vigilancia policial), por mencionar tres ejemplos. Segundo, y precisamente debido a esta primera razón, los movimientos sociales desafían el control del capital sobre la fuerza de trabajo, el ambiente y lo urbano.

Por ej. usar glifosato para implantar los monocultivos de soja puede generar ganancias a corto plazo en desmedro de tecnologías más sostenibles, pero en el largo plazo puede causar, perdidas por erosión de suelo, aparición de nuevas malezas o plagas, etc. y aumento de las presiones sociales para reducir o controlar su uso, exigiendo mejores máquinas que controlen la deriva, mayor protección para los operarios, control de los residuos en la cosecha, etc. que terminarán por incrementar los costos.

[ii] Pongamos un ejemplo, la contaminación del agua del Santa Lucia, es causada entre otros factores por acumulación de nutrientes provenientes de los ganaderos, el exceso de nutrientes en los predios terminan en el agua, contaminándola. ¿Es un problema para la sustentabilidad de los mismos?, no, en tanto la potabilización del agua y sus costos corren por cuenta de la sociedad, en todo caso incrementan los costos de reproducción de mano de obra para todos los capitalistas. Ahora bien, se continúa contaminando hasta pasar a un nivel mayor en el cual hay floración de algas tóxicas, para el cual el sistema de tratamiento de agua no está preparado, se genera una demanda social, queremos agua de calidad. Como lograrlo, hay tecnología para potabilizar y solucionar el problema (costos asumidos por todos) o cambiar la producción que contamina (costos asumidos por los ganaderos), o una combinación de cambios de formas de producción con exoneración de costos parciales, o quienes contaminan pagan más para eliminar sus desechos del agua. Otras alternativas (ya ha pasado en el pasado y continua pasando, veamos el arroyo Miguelete o el Pantanoso de Montevideo) consigamos otra fuente de agua (y más allá de cómo se repartan los costos) aceptemos vivir con un río contaminado. El río con alta carga de nutriente puede ser incluso utilizado como una fuente de agua para riego de los predios linderos al mismo. A quienes usen el agua para este fin les serviría incluso una mayor contaminación, reduciendo sus costos de fertilización. El evitarse los altos costos de potabilización de una fuente contaminada, habiendo otra fuente de agua, podrían incluso llagar a bajan los costos de vida. Quienes se encargan de la generación o servicios de sistema de tratamiento también se verán beneficiados individualmente, en tanto se incrementa la demanda. Los proveedores de servicios vinculados a la salud también podrían verse beneficiados por las mismas razones. Podríamos continuar con varios potenciales beneficiados (aunque sea en el corto plazo y directamente), más allá que en el largo plazo e indirectamente esos mismos puedan ubicarse del lado de los perjudicados. Ahora bien, hasta aquí vimos aspectos económicos, pero ¿Cómo queremos vivir? ¿Aceptamos un rio contaminado?, ¿a cambio de qué?  Hace cientos de años que contaminamos ríos, ¿quiénes son los perjudicados y quienes los beneficiados, en cada momento y situación particular? ¿De qué forma queremos vivir? Aquí esta lo ideológico y político del tema, interactuando con lo económico o ecológico.

[iii] …”el Estado moderno, que no ha creado el capitalismo pero sí lo ha heredado, tan pronto lo favorezca como lo desfavorezca; a veces lo deja expandirse y otras le corta sus competencias. El capitalismo sólo triunfa cuando se identifica con el Estado, cuando es el Estado.” Braudel 1986.

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