Borrador para la discusión: marco conceptual para el análisis, diagnóstico y mapeo productivo del municipio de Barros Blancos del Departamento de Canelones (Uruguay).
“…La
diferenciación social es una tendencia central que debe ser
considerada, a los efectos de ver la dinámica de los sistemas de
producción, esta es solo una parte de la ecuación de la que
resultara la realidad concreta en la cual los sistemas se
inviabilizan o reproducen. La diferenciación social es una
tendencia constante que opera sobre los sistemas de producción
pero, en todo momento se presentan contratendencias, …. No es lo
mismo, por ejemplo, un contexto histórico de apertura de la
economía y de políticas económicas neoliberales, que momento en
donde predominan las políticas de protección y estímulo a la
pequeña producción, o políticas de reforma agraria o
colonización”.
Tommasino,
2001
|
En Barros Blancos hay un cambio acelerado del modo de producción,
con ciertas relaciones sociales de producción que la imprimen al
territorio características particulares, definiendo lugares en la
división del trabajo, y una particular articulación con el entorno.
La lógica de funcionamiento lejos está de ser definida por la
gente, estando fuertemente condicionada por el capital. Partimos de
una visión crítica del sistema capitalista y procuramos un camino
de pensamiento-acción anti sistémico, no pretendemos solamente
interpretar la realidad, queremos transformarla. Siendo el objetivo
último de nuestro accionar mejorar la calidad de vida de la gente,
particularmente de los sectores más desprotegidos.
La acumulación de “capital” genera diferenciación social,
concentración y polarización, estas son tendencias propias del
sistema capitalista. Vale decir que son tendencias, en el sentido que
la dinámica capitalista conlleva a propiciar tales efectos en un
horizonte temporal de largo plazo y a través de múltiples procesos,
pero existen mecanismos que apuntan a contrarrestarlos. El patrón
que asume esa acumulación en un momento y lugar determinado, permite
que esas contratendencias se expresen en mayor o menor medida. Las
políticas progresistas de los últimos años, que han favorecido la
penetración de capital en la zona, ¿incluyen contra-tendencias lo
suficientemente fuertes? ¿Qué rol tiene las políticas públicas,
la acción-participación de organizaciones sociales populares? Tener
información es fundamental para construir conocimiento, decidir el
accionar y formar ciudadanía.
Realizadas estas aclaraciones, veremos cómo proponemos realizar
una aproximación a las particularidades de las expresiones del mundo
del trabajo en territorios periféricos como los de Barros Blancos y
sus consecuencias. El proceso histórico de transformaciones en
Barros Blancos (como de cualquier zona) resulta en beneficiados y en
perjudicados, así como tiene responsables identificables como
causantes del mismo. Los sujetos en cuestión, tienen entonces un
diferente lugar en el proceso productivo y esto lo podemos analizar
bajo la óptica de las relaciones sociales de producción. Esta
categoría -al decir de Foladori-, de la mayor jerarquía para el
análisis, da cuenta, simultáneamente, de lo común y de las
diferencias, de la unidad y de la contradicción. No existen
relaciones sociales de producción sin su contraparte. No existen
capitalistas sin obreros asalariados. No existen productores
mercantiles sin diferenciación social. No existen productores que
progresen en términos económicos, sin otros que se vean,
simultáneamente perjudicados. En dicho proceso identificaremos
actores (responsables, beneficiados y perjudicados), procuraremos ver
los medios de producción y cómo se establecen las relaciones de
producción, como ha sido la integración al entorno “por el
mercado” y que posibles alternativas podemos visualizar
(potencializar-construir). El nivel de análisis en el que
pretendemos ubicarnos es un nivel intermedio del sistema nacional y
el nivel de empresa o sistema productivo.
Utilizaremos parte del bagaje conceptual relacionado al enfoque de sistemas, al Modo de Producción (marxismo), enriquecido por aportes de autores como los vinculados a las teorías economía-mundo (Amin, Braudel), enfoques de análisis de patrones en la reproducción (acumulación) de capital (Osorio, Quartino) y los de estudios del desarrollo y sustentabilidad (Foladori, Tommasino y otros).
“...en
la producción social de su vida los hombres establecen
determinadas relaciones necesarias e independientes de su
voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase
determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales.
El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura
económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la
superestructura jurídica y política y a la que corresponden
determinadas formas de conciencia social. El modo de producción
de la vida material condiciona el proceso de la vida social
política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre
la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es
lo que determina su conciencia.”
Karl
Marx, Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía
Política (1859)
|
El Modo de Producción Capitalista implica
-al menos- la propiedad privada de los medios de producción, que son
a su vez producto del trabajo social (máquinas)[1],
sobre esta base, la división de la sociedad en dos clases
fundamentales, estando el trabajo social bajo la forma de asalariado
libre. El mercado capitalista generalizado constituye el marco en el
cual operan las leyes de la economía (la “competencia”),
convertida en fuerzas que actúan independientemente de las
voluntades subjetivas, expresadas mediante la enajenación
economicista y el predominio de la economía (Amin, 1997).
Una de las características del sistema capitalista, es que la
riqueza rige al poder. La enajenación economicista funda la
autonomía de lo económico y su predominio con el capitalismo y en
parte es la base para (siguiendo a Braudel) separar la realidad
social (dialécticamente unida) en tres estratos:
- La base: “la vida material” cotidiana, la organización del trabajo y la subsistencia en el seno de la familia. Aquí entra el sistema de satisfacción de las necesidades por la producción de subsistencia y la organización de la familia, temas de género, hábitos, costumbres, etc. Al decir de Braudel éste es "el estrato de la no-economía, el suelo en el que el capitalismo hunde sus raíces, pero que nunca puede penetrar del todo".
- El “mercado”, se construye sobre la anterior, abarca al conjunto de estructuras en cuyo seno operan los intercambios, regidos por la división social del trabajo (distribuyendo el trabajo por ramas y áreas), regulada por el valor (ley del valor –en el sentido marxista-). Aquí entra el sistema de intercambios, la venta de fuerza de trabajo, la producción para el mercado, distribución y consumo.
- El “antimercado”, la política, relaciones de poder, análisis del poder y del sistema mundial. La articulación entre poder político y poder económico y financiero. La enajenación del poder, el rol del Estado y la institucionalidad, el marco normativo. Antimercado no debe interpretarse como una contra tendencia (contra el capital), aunque si lo puede ser. Braudel plantea que el antimercado es una característica fundamental del capitalismo, “donde operan los grandes depredadores en la jungla de la política local y mundial”. El capital es el poder económico de la sociedad burguesa, pero el poder no es solamente el del capital.
Figura 1. Estratos y relaciones de la realidad a considerar.
En la base encontramos las condiciones de producción. Según O´connor, éstas son cosas que no son producidas
como mercancías de acuerdo con las leyes del mercado (ley del valor), pero son
tratadas como si fueran mercancías. En otras palabras, se trata de “bienes ficticios”
con “precios ficticios”.
De acuerdo a Marx, existen tres condiciones de producción: primero, la fuerza
de trabajo humana, o lo que Marx llamó “las condiciones personales de producción”;
segundo, el ambiente, o lo que Marx llamó “las condiciones naturales
o externas de producción”; y por último, la infraestructura urbana (podemos agregar
el “espacio”), o lo que Marx llamó “las condiciones generales, comunitarias,
de producción”. "Es importante resaltar que las condiciones de producción no son producidas
de acuerdo con las leyes del mercado. Y la regulación del mercado sobre el acceso
del capital a estas condiciones, cuando son producidas y si son producidas, es
selectiva, parcial y a menudo deficiente. Por tanto, debe existir alguna agencia cuyo
trabajo consista tanto en producir las condiciones de producción como en regular
el acceso del capital a las mismas. En las sociedades capitalistas, esa agencia
es el estado. Toda la actividad del estado, incluyendo virtualmente la actividad
de todas sus agencias y todos sus rubros presupuestarios, está vinculada de
uno u otro modo con la tarea de proveer al capital acceso a la fuerza de trabajo,
a la naturaleza, o a la infraestructura y al espacio urbanos" (O´connor, 2000)
Proponemos entonces analizar la realidad del mundo del trabajo de Barros Blancos en tres estratos (o grupos de actividades) interconectados dialécticamente entre si y relacionadas a su vez con su base biofísica (antrópica y no antrópica). Dentro de este último nivel, es relevante considerar la forma de reproducción, ya sea que deban necesariamente o no operar las relaciones sociales o dicho de otra manera, distinguir en los “recursos” que se renuevan obligatoriamente en forma antrópica de los que no. Un puente, una carretera estaría en el primer grupo en tanto que la fertilidad del suelo en el segundo. Nótese que en el segundo grupo la incidencia de las relaciones sociales -si bien es menor- es creciente. Siguiendo el ejemplo la fertilidad del suelo, la misma puede ser “mantenida” sin la presencia humana, pero los factores antrópicos sin duda actualmente juegan su rol directo (laboreo, fertilizantes, etc) e indirecto (calentamiento global, pérdida de diversidad, etc).
Proponemos entonces analizar la realidad del mundo del trabajo de Barros Blancos en tres estratos (o grupos de actividades) interconectados dialécticamente entre si y relacionadas a su vez con su base biofísica (antrópica y no antrópica). Dentro de este último nivel, es relevante considerar la forma de reproducción, ya sea que deban necesariamente o no operar las relaciones sociales o dicho de otra manera, distinguir en los “recursos” que se renuevan obligatoriamente en forma antrópica de los que no. Un puente, una carretera estaría en el primer grupo en tanto que la fertilidad del suelo en el segundo. Nótese que en el segundo grupo la incidencia de las relaciones sociales -si bien es menor- es creciente. Siguiendo el ejemplo la fertilidad del suelo, la misma puede ser “mantenida” sin la presencia humana, pero los factores antrópicos sin duda actualmente juegan su rol directo (laboreo, fertilizantes, etc) e indirecto (calentamiento global, pérdida de diversidad, etc).
En todos los niveles operan relaciones técnicas y sociales, y
diferentes relaciones sociedad-naturaleza, siendo las relaciones
sociales de producción las que articulan la base con los estratos
superiores y determinan las relaciones con el entorno “natural”.
Estas estructuras y relaciones identificables en Barros Blancos,
están vinculadas a un entorno mayor, el cual ejerce fuertes
condicionamientos, correspondiendo a la realidad de una zona
periférica.
Siendo que no todas las “cosas” tienen la misma importancia
para la reproducción, desarrollo y mejora de la calidad de vida de
la sociedad, es necesario priorizar el análisis, y siendo las
“cosas” medios de producción las que permiten generar el
resto, será esta una categoría importante. Como las “cosas” se
gastan y el capital necesita de ciclos de producción, es
necesario producirlas constantemente, por ello la reproducción de
medios de producción es tan importante (la reproducción antrópica
y la no antrópica). En gran medida los medios de producción pueden
ser apropiados (individual o colectivamente) y cada sociedad mantiene
reglas de apropiación, reparto y herencia de los mismos. Son estas
relaciones sociales de producción quienes determinan, en
última instancia, el relacionamiento con la naturaleza externa, o
sea determinan el proceso de producción (Foladori).
En su ciclo de acumulación y valorización el capital sufre un
proceso de metamorfosis, el paso del capital bajo las distintas
formas en su ciclo va dejando huellas en la producción y en la
circulación, estableciendo patrones de conducta en su reproducción
en periodos históricos determinados (Osorio, 2004). Podemos decir
entonces que en un lugar y momento histórico particular en el cual
hacemos el análisis, hay formas concretas que asumen los medios de
producción y su reproducción, la reproducción de la fuerza de
trabajo, de generación, apropiación y uso de excedentes, de
localización, estructura y funcionamiento de los mercados y las
formas sociales y políticas de actuación y reproducción de los
grupos sociales. A dicha estructuración, que define la impronta del
proceso de acumulación en un panorama concreto, la podemos denominar
“padrón de acumulación”. Caracterizar el padrón de acumulación
es solo un paso, que debe ser complementado con el análisis de las
complejidades del desarrollo concreto (Cuartino, 1992). Frente a la
fragmentación que predomina en los análisis económicos y de las
ciencias sociales y naturales en general, la noción de patrón de
reproducción del capital permite romper con esa tendencia y alcanzar
una visión integradora de la realidad societal. A partir de
interrogar cómo se reproduce el capital en tiempos históricos
y espacios geoespaciales determinados, la apertura a otras esferas
del campo societal –sean el social, el político, el ambiental que
han asumido distintas disciplinas–, se hace ineludible (Osorio,
2004)
Los conceptos de modo de producción, sistema mundial capitalista
y el de padrón de reproducción (acumulación) corresponden a
niveles de análisis mayores que el pretendido en este trabajo, esto
sumado a que mucha información no está presente a nivel de
Municipio, hacen que no profundicemos en todas las categorías
planteadas. En otras palabras, el nivel de análisis escogido, hace
que ciertas propiedades emergentes no puedan ser analizadas. Esto no
implica perder de vista las leyes o tendencias generales del
funcionamiento capitalista, que emergen en niveles de análisis
superiores, más bien, refuerzan la atención en que lo particular
del análisis no debe ir separado de los procesos generales de los
cuales forma parte. En este sentido asumimos el planteo de Morin
(1999) quien entiende que para que un conocimiento sea pertinente
debe evidenciar el contexto en el cual acontece, el sistema global en
el cual se inscribe, su multidimensionalidad y complejidad. En
resumen, este mapeo no busca sin duda acabar estos temas (ni
siquiera analizarlos todos), más bien pretende ser un punto de
partida y aportar elementos desde esta perspectiva, para una
discusión que debe ser colectiva.
[1]
Máquinas en el sentido genérico, lo que supone un nivel de
desarrollo de las fuerzas productivas superior (en relación al
artesanado y sus instrumentos)
Citas:
¿Es posible el capitalismo sostenible?
James O´Connor ;
Papeles de Población 2000, 6 (24).
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