La vaca (parte segunda)
Como es cosechada la hierba por la vaca
Programa de trabajo de la vaca. Voisin (1974)
buscó ver el pastoreo del punto de vista de sus vacas y completó
con oportunos comentarios el trabajo desarrollado desde 1940, en la
Universidad de Cornell (EEUU), por Johnstone-Wallace, quienes
concluían que:
a) El tiempo dedicado a pastar (cambiar de sitio para buscar alimento y cortarlo) durante una jornada de 24 horas no llega a las 8 horas. Nunca se ha sobrepasado este tiempo de aproximadamente ocho horas de pastoreo.
b) La operación de pastoreo en sí misma, dura poco menos de las 5 horas diarias.
c) Las vacas se distraen mucho durante el día (acompañan todos los acontecimientos alrededor) y, por tal motivo, el pastoreo nocturno es más eficiente que el diurno;
d) Por término medio las vacas estercolaban 12 veces al día y orinan 9 veces diarias.
e) Si las vacas no logran ingerir, en un tiempo aproximado de 8 horas de pastoreo, las cantidades de masa verde capaces de cubrir sus requerimientos nutricionales, no prolongan por nada la jornada de trabajo, la vaca se niega a hacer horas extras;
f) Las vacas son animales de hábitos reglados y distribuyen el tiempo entre pastoreo, rumia, descanso y vagabundeo;
g) El pastoreo representa gran esfuerzo para las vacas, un enorme trabajo diario.
El mecanismo de pastoreo. “El pastoreo
consiste en cortar a diente las hojas y tallos por medio de sus
mandíbulas, que en un animal adulto, tiene una anchura de 6 a 6,5
cm. Los dientes de la mandíbula inferior se apoyan sobre el cojinete
de la mandíbula superior, produciendo así la acción de corte. La
posición de los dientes y cojinete no permiten a la vaca pastar por
debajo de los 12 milímetros del suelo. Durante el pastoreo la lengua
no cesa de moverse, la vaca la saca desplazándola de un lado a otro,
para reunir cierta cantidad de hierba que hace entrar en el hocico.”
(Voisin, 1974).
Johnstone-Wallace (citado por Voisin, 1974) observó
que el ritmo de dentelladas por minuto puede variar de 30 hasta 90
veces, en éste último caso sobre un pasto de buena calidad. El
tiempo durante el cual la vaca da sus dentelladas sin interrupción,
es muy variable. El máximo fue de 30 minutos en una pastura de 10 a
12 cm y con muy buena calidad.
El ritmo no interrumpido del corte a diente pude
interrumpirse por la longitud de la hierba. Si ésta posee gran
longitud por ejemplo 25 a 35 cm, la vaca puede cortar la parte
superior de 6 a 8 cm de espesor (“desnate”), pero también puede
hundir su hocico y cortar un bocado de 30 cm. En este caso la vaca no
podrá tragar este bocado sin masticarlo mucho. Entonces levanta la
cabeza, precisando unos 30 segundos para masticar y tragar dicho
bocado. Durante unos 30 segundos una vaca en una pastura de 10 cm,
tragara 30 bocados, que contienen mucha más hierba y mucho más rica
que la que puede formar este único bocado (Voisin, 1974).
Distribución del trabajo de cosecha de la hierba
durante una jornada. “Los períodos de pastoreo y rumia
alternan de una manera periódica durante una jornada. Como los diagramas publicados sobre esta cuestión son abundantes, nos limitaremos a reproducir solamente el de la figura.
En climas templados normalmente el primer pastoreo empieza con la salida del sol y es el más largo “la gran comida de la mañana”. La otra gran comida se efectuará más tarde, antes de la puesta del sol. Estas dos comidas son corrientes en todos los climas templados, pero el resto de los períodos de pastoreo realizados durante la jornada puede variar mucho de acuerdo con las condiciones ambientales. Varios factores afectan este tiempo de pastoreo, la temperatura, humedad, la densidad y dureza de la hierba, etc. Generalmente los tiempos de pastoreo varían alrededor de las 8 horas (480 minutos/días), así lo indica una revisión de Tribe 1953 (citada por Voisin, 1974). Pero existió un factor que dificulta su explicación, en efecto, llegó a comprobarse que el tiempo de pastoreo era un carácter hereditario de la vaca” (Voisin, 1974).
En climas templados normalmente el primer pastoreo empieza con la salida del sol y es el más largo “la gran comida de la mañana”. La otra gran comida se efectuará más tarde, antes de la puesta del sol. Estas dos comidas son corrientes en todos los climas templados, pero el resto de los períodos de pastoreo realizados durante la jornada puede variar mucho de acuerdo con las condiciones ambientales. Varios factores afectan este tiempo de pastoreo, la temperatura, humedad, la densidad y dureza de la hierba, etc. Generalmente los tiempos de pastoreo varían alrededor de las 8 horas (480 minutos/días), así lo indica una revisión de Tribe 1953 (citada por Voisin, 1974). Pero existió un factor que dificulta su explicación, en efecto, llegó a comprobarse que el tiempo de pastoreo era un carácter hereditario de la vaca” (Voisin, 1974).
Voisin (1974) en base a los trabajos de Hancock
(1950, 1952) plantea que no existen vacas de pastoreo “rápido”,
sino de pastoreo “largo”. Cuando una vaca ha descansado y
rumiado, se pone nuevamente a pastar, teniendo tendencia a pastar más
rápidamente, apaciguando después su ritmo poco a poco, hasta el
momento que se detiene. De acuerdo a los trabajos neozelandeses
parecería, que todas las vacas de pastoreo poseen la misma media de
ritmo de bocados por minutos, pero que existen, por herencia, “vacas
de pastoreo con tiempo de cosecha largo” y “vacas de pastoreo con
tiempos de cosecha cortos”.
La vida en rebaño y el comportamiento
individual. Voisin (1974) ha concluido al observar sus animales
en pastoreo que:
a) Instinto gregario, todas las vacas de un grupo tienen la tendencia de pastar, rumiar o echarse simultáneamente;
b) Existe nítida jerarquía social, que solo después de consolidada es capaz de traer tranquilidad al grupo de animales;
c) Las vacas dominadores imponen su actitudes a las dominadas y disfrutan de regalías y privilegios en el grupo;
d) Las vacas tienen tendencia a pastar o cambiar de sitio juntas siguiendo ciertas reglas. En una pastura larga y estrecha, el grupo se desplaza de una extremidad a otra, en tanto en una cuadrada tiende a hacerlo en forma circular.
e) La temperatura ambiente influye mucho sobre la tendencia a agruparse de las vacas. Cuando hace mucho calor asfixiante, las vacas se agrupan muy juntas, al igual que con tiempo tormentoso, con temperaturas fresca se encuentran más esparcidas.
f) Frente a la presencia de un perro que se acerca, las vacas van hacia el animal, dejando su ocupación del momento, cuando el motivo de su sobre salto desaparece, volverán al pasto. Tanto si estaban rumiando como si estaban pastando en el momento que se abalanzaron hacia el perro, se pondrán siempre a pastar cuando regresen al pastoreo. Jamás se las verá echarse o ponerse a rumiar, como si estuviesen alteradas para dedicarse a estas ocupaciones que requieren mucha calma.
g) Las vacas prefieren pastos con 15-22cm de altura, condición que les permite cosechar las máximas cantidades de masa verde; no es con una altura muy elevada de hierba como la vaca cosecha la máxima cantidad de hierba, sino con una altura media (15 cm), que le permite un trabajo más eficiente de cosecha.
Cantidad de hierba cosechadas por la vaca.
“La mayoría de las Tablas de Alimentación para ganado vacuno,
admiten que una vaca con un peso de 500 kg come unos 13 kg de materia
seca y que esta cantidad las sacia, variando entre los autores de
entre 10 y 17 kg. En base a los trabajos de Johnstone-Wallace y
Kennedy puede decirse que con una hierba de altura y densidad óptima,
la cantidad cosechada por una vaca de 500 kg de PV alcanza un máximo
de 48 kg de hierba verde y 10,1 kg de materia seca, si la vaca
tiene que acabar por pastar a fondo la hierba que se le ofrece.
Al principio del pastoreo puede cosechar diariamente 12,8 kg de
materia seca y en los días sucesivos esa cantidad disminuye. Si la
materia seca ingerida resulta un criterio de saciedad muy dudoso para
las vacas en confinamiento, resulta mucho más dudoso para vacas en
pastoreo. El aumento de la superficie de pastoreo (suponiendo que el
césped tenga el mismo grado de pastoreo o rebrote) no induce a la
vaca a realizar esfuerzos suplementarios para cosechar mayor cantidad
de hierba, aún cuando la cantidad cosechada satisfaga apenas sus
necesidades de conservación” (Voisin, 1974).
Cantidad de leche que puede producir la vaca
cuando cosecha su hierba. En este punto Voisin plantea las
necesidades de la vaca en pastoreo, la cantidad de elementos
nutritivos recogidos y posibles producciones de leche, como es
afectada la producción por las conductas de pastoreo, factores
individuales de las vacas y las condiciones climáticas. Como varía
simultáneamente la calidad de la hierba y la cantidad de hierba
cosechada y algunas consideraciones relativas a la suplementación en
pastoreo, que debe determinarse de una manera empírica. No
expondremos aquí los valores planteados, cifras que Voisin plantea
dudo en publicar, ya que, en varios casos, estas cifras corren el
riesgo de confundir a ciertos lectores poco prudentes. Si
anotaremos dos comentarios interesantes.
El primero, Voisin (1974) recuerda las palabras del
profesor Allan Frazer (1948), “No tenemos medida exacta de la
cantidad de energía desarrollada por el animal que pasta, lo que no
obstante es fundamental…Las tablas de alimentación serían,
ciertamente, de fácil utilización si las vacas fuesen tan amables
como para no dedicarse a pastar. Pero las vacas pastan, y hacen sobre
todo esto…Por eso, si queremos que las tablas tengan alguna
utilidad práctica y sigan siendo utilizadas, debemos lograr hacerlas
aplicables al ganado que pasta”. Ahora Voisin, entre tanto y
mientras no lleguen datos más precisos utilizaremos la cifra de
3.000 calorías de energía neta (el desgaste de energía realizado
para una vaca de 500 kg de PV para cosechar la hierba), pero sin
hacernos ilusión alguna sobre su exactitud”.
El segundo, sobre el consumo de hierba en pastoreo y
producciones máximas de leche, sin considerar el rebrote. “El
misterio de la vaca de la campesina que hace punto de media. No se
trata de un cuento de hadas, sino de un sencillo problema técnico.
La campesina que hace punto de media y su vaca. Todavía
podemos ver a una anciana haciendo punto de media mientras vigila a
su vaca que está pastando al borde del camino. Sorprende siempre el
abundante ordeño dado por estas vacas: el cubo de leche parece
rebosar. Y ello no solamente ocurre en mayo, sino durante el resto de
la estación. Fácilmente se deduce que se trata de una vaca con
aptitudes lecheras extraordinarias y no se puede por menos de decir a
su feliz propietaria: - Si hace usted cubrir a su vaca por un buen
toro y produce una novilla, se la compraré a un buen precio-. Ahora
bien, si el toro es bueno, la novilla, cuando sea ya vaca, dará, en
condiciones normales de pastoreo continuo, rendimientos de leche
completamente ordinarios. En efecto, la vaca que pasta a lo largo del
camino es siempre una vaca del primer grupo de un pastoreo racional.
No hace más que desnatar la hierba, porque nadie se preocupa de
saber si este pastoreo a fondo incompleto retrasa el rebrote y
disminuye el rendimiento de la hierba. La campesina que hace punto de
media, está en condiciones de cosechar regular y continuamente 77 kg
de hierba diarios, lo que, evidentemente le permite magníficos
rendimientos y, especialmente, realizar, al principio de la lactación
producciones diarias de 24 litros de leche por escasas que sean sus
aptitudes lecheras”.
La vaca es gastrónoma.
Voisin citando a Ivins (1952) “La palatabilidad es el lazo de unión entre la hierba y el animal, es la suma de los factores que actúan para determinar si el animal gusta de un alimento y hasta qué grado puede apreciar su sabor”. Así como nosotros, la vaca tiene preferencias de gusto y sería muy útil conocerlas. La cantidad de hierba cosechada no representa una medida de la palatabilidad, a menos que sean considerados todos los factores que pueden incidir sobre el animal en su cosecha, como la altura y densidad de la hierba y aptitudes hereditarias de pastoreo de las vacas utilizadas.Los gustos y las necesidades fisiológicas. Las vacas poseen un “instinto alimentario” excelente, pero siempre que se encuentren en condiciones que correspondan a las que desde hace miles de años se ha venido adaptando este “instinto alimentario”. Voisin plantea las siguientes cuestiones:
a) Las vacas no comen plantas venenosas vivas en el campo, pero no las distinguen más por el olor en el pesebre si se las ofrecen cortadas, y, en esas condiciones, las ingieren;
b) Las vacas prefieren los pastos nativos a los exóticos o seleccionadas; La selección de pastos en huertas experimentales sobre pequeños cuadros cortados a tijera, puede acarrear varios errores desde el punto de vista del animal. Es indispensable conocer la opinión de la vaca. No basta solamente con la del investigador. En los grandes viñedos existen los “catadores” de vino, se hace necesario disponer en los centros de selección de “catadores” de hierbas.
c) A las vacas les gusta comida variada y se aburren cuando son obligadas a comer durante muchos días la misma especie de pasto, mismo que éste sea de la más alta calidad (hastío de la abundancia);
d) La preferencia de la vaca depende de lo que está consumiendo previamente;
e) A las vacas les gusta la variación: si están a comer pastos con bajos contenidos de materia seca (15-16%), cuando pueden elegir, prefieren pastos con elevada MS (30%) y viceversa;
f) Si están en régimen de pasto pobre en valor nutritivo (en especial de proteína), cuando tienen a la disposición alimentos pastos tiernos y nutritivos los comen con avidez como a recuperar el tiempo perdido y reponer sus reservas, y si son suplementados con un alimento proteico (como torta de algodón), se puede observar que las vacas como si viesen su apetito excitado, consumen una mayor cantidad de hierba del pasto miserable. También es posible que este aporte de proteína permita el desarrollo en el rumen de una microflora más abundante y de mejor calidad capaz de digerir alimentos ricos en celulosa.
g) Voisin plantea la hipótesis de que las vacas buscan placer en la rumia y desea sentir la máxima satisfacción digiriendo su comida.
h) La especie forrajera de más alta palatabilidad en las condiciones europeas no era una gramínea y tampoco una leguminosa, pero una hierba del campo, le lengua de vaca (Plantago lanceolata), una prueba que las vacas no estudiaron botánica y quieren dar opinión acerca de sus gustos y preferencias;
i) Las vacas se niegan a consumir pastos crecidos junto a sus excrementos, pero no junto a excrementos equinos, lo mismo acontece a la inversa; pero si se corta el pasto crecido junto a sus excrementos y se los da en otro lado la vaca los consume con gusto, esto refuerza la idea de que es el olfato y no la vista lo que conduce a la vaca en la elección de su alimento.
j) Con respecto a los ovinos la situación tiene opiniones más contradictorias, pero, parece que las vacas aceptan comer hierba crecida cerca de los excrementos de ovejas, pero se niega a comer donde estas se acostaron.
k) La vaca busca el pasto encharcado por la orina fresca de sus colegas de grupo o su propia orina, Citando a Etter (1954) “los animales buscan la hierba fertilizada por su propia orina con el mismo cuidado que evitan la hierba crecida junto a sus excrementos”. Pero manifiesta repugnancia a las plantas sobre las cuales tenga sido distribuida orina fermentada.
Voisin plantea también los cambios en la palatabilidad asociados al suelo y la posición topográfica, así como la influencia de los abonos de fondo (P, K, Ca) y del abono nitrogenado sobre la misma.
La vaca cosecha con preferencia una determinada
parte de la hierba. Aparte de sus gustos individuales hacia tal o
cual planta, la vaca tiene tendencia a:
a) Elegir la parte más “sabrosa” de la planta, es decir, en general la más frondosa, cuando ésta es dura. Es lo que llamamos la “desfoliación progresiva” de la planta
b) Cosechar de preferencia el pasto ciertas partes del césped y después otras. Es el desnate del césped.
¿En qué forma elige la vaca la parte de la
planta que prefiere? Cuando la vaca elige una planta y no hace
caso a otra, el mecanismo de su elección resulta claro y evidente.
Pero cuando la vaca elige una sola parte de la planta ¿en qué forma
procede? Más exactamente ¿cómo la detalla, cómo la despedaza,
para recoger la parte preferida? Es probable que la manera por la
cual la planta es “desfoliada” tenga que desempeñar un
importante papel en la mayor o menor rapidez de su rebrote.
En el pastoreo racional es posible dividir el rebaño
y debido a la desfoliación progresiva de las plantas y al desnate
del césped, el grupo de cabeza puede realizar una cosecha selectiva
que le permite obtener una ración relativamente más rica en
proteína y más pobre en celulosa que el conjunto del césped.
La tetania de la hierba.
Este tema esta estudiado y desarrollado en Suelo,
Hierba, Cáncer, y será objeto del IV tomo de esta obra, dedicado a
la tetania de la hierba, enfermedad de la civilización en los
bovinos.
Leyes del pastoreo racional
Las dos primeras se refieren a las necesidades de la hierba; las dos últimas a las de la vaca.
PRIMERA:
(tiempo de reposo)
Para
que una hierba cortada por el diente del animal pueda dar su máxima
productividad, es necesario que, entre dos cortes a diente sucesivos,
haya pasado suficiente tiempo que permita a la hierba: almacenar en
sus raíces las reservas necesarias para un comienzo de rebrote
vigoroso y realizar su “llamarada de crecimiento” (o gran
producción diaria por hectárea).
SEGUNDA:
(tiempo de ocupación)
El
tiempo global de ocupación de una parcela debe ser lo
suficientemente corto como para que la hierba cortado a diente el
primer día (o al principio) del tiempo de ocupación no sea cortada
de nuevo por el diente de los animales antes de que ellos dejen la
parcela.
TERCERA:
(del rendimiento máximo)
Es
necesario ayudar a los animales de mayores exigencias alimenticias a
que puedan cosechar la mayor cantidad de hierba y que ésta sea
de la mejor calidad posible.
CUARTA:
(requerimiento regular)
Para
que una vaca pueda dar rendimientos regulares, es necesario que no
permanezca más de tres días en una misma parcela. Los rendimientos
serán máximos si la vaca no permanece más de un día en una misma
parcela.
Mientras
más tiempo el ganado permanece en un potrero, mayor es el
desperdicio, y menor su cantidad y calidad de hierba cosechable.
La
primera ley
universal es la que determina los importantes aumentos de rendimiento
del pastoreo racional. Creo que estas cuatro leyes se desprenden del
gran principio que debe regir en el futuro el pastoreo racional: la
hierba no crece sola, y la vaca no la come sola, tenemos
que ayudar a la hierba en su crecimiento y debemos dirigir a la vaca
en la cosecha de la hierba
(Voisin, 1974).
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