5 jun 2013

Dinámica de los pastos (parte 1). de Voisin, 1971.

(Voisin, A. 1971. Dinámica de los pastos. Editorial Tecnos. Madrid. España. 452 p)

El libro “Dinámica de los pastos"de Voisin cuya primera edición es de hace más de medio siglo mantiene plena vigencia, más allá de las controversias que pueda generar algunos de sus postulados. Este es el tercer libro del autor de una serie dedicada al estudio de los pastos y al pastoreo racional, complementando a los dos libros anteriores Productividad de la hierba y Suelo, Hierba, Cáncer. Aquí aborda la ecología dinámica del pastizal o pasturas, tanto naturales como sembradas. A continuación trataremos de sintetizar los aspectos más relevantes de su trabajo según nuestro punto de vista, manteniendo el orden dado por el autor. 


Concepto dinámico de la ecología de los pastos.


La ecología estudia las relaciones de los seres vivos con su entorno. Los factores ecológicos (que actúan sobre los animales y plantas) adaptado de Schennikov (1953) son:
  1. Factores atmosféricos (climáticos)
  2. Factores de geología y suelo
  3. Factores topográficos
  4. Factores bióticos
  5. Factores antrópicos (humanos)
Los tres primeros son factores estáticos. Si bien están muy lejos de ser independientes de la influencia humana, de todas formas son más difíciles de cambiar en cortos períodos de tiempo o a gran escala. Los dos últimos, son los factores dinámicos y abarcan toda la influencia ejercida tanto directa como indirectamente por los humanos.

“La flora de los pastizales es relativamente estable”. Este es un punto de vista desgraciadamente dominante, o sea una visión demasiado estática de la ecología de los pastos. Generalmente se ha tenido excesivamente en cuenta las influencias independientes del hombre ejercidas sobre el pasto, es decir las procedentes del clima, topografía y del suelo. En otros términos se ha minimizado en demasía las influencias humanas, la mayor parte de los estudios sobre pastos deja de lado o han ignorado directamente el pastoreo.

Desde nuestra concepción debe concederse prioridad a los factores bióticos y antrópicos en la dinámica de los pastos” (Voisin, 1971).

William Davies (1948, adaptado por Voisin, 1971) señala “El ecólogo (estático) estima a los factores climáticos y edáficos como fundamentales, y les concede casi carácter sagrado; considera al suelo y al clima con una veneración, a mi juicio exagerada. Por el contrario, el agrónomo pascicultor (ecólogo dinámico), concede una atención especial a los factores bióticos y aprecia perfectamente, según su experiencia, hasta que punto éstos pueden modificar la flora”
La concepción dinámica de la ecología de pastizales implica seguir la evolución de la flora cuando el hombre modifica las condiciones ambientales. Debemos abandonar la concepción de estado de equilibrio natural en la flora de los pastizales (Voisin, 1971).

Planteando que deberíamos transitar en el sentido de enfocar la relaciones:
Relación suelo planta  →  relación suelo planta animal  →  relación suelo planta animal hombre

Método de estudio de la ecología de los pastos.


El tema principal de estudio de ecología dinámica de los pastos es descubrir las causas que conducen a una evolución determinada de la flora. Desde el punto de vista práctico (el más importante), se trata de descubrir los métodos defectuosos de explotación que han conducido a la degradación de aquella, para suprimir sus causas (Voisin, 1971).

Resulta imposible estudiar el conjunto de causas que actúan sobre la flora, por tanto, estudiaremos aquí por separado cada una de estas causas aplicando el segundo principio de la lógica cartesiana: “dividir cada una de las dificultades en tantas partes como se pueda y sea necesario para resolverlas mejor”.

Cuando separamos individualmente los factores ecológicos, no debemos olvidar nunca que forman un todo. La separación de un factor aislado debe ser siempre parcial, “debemos ver siempre el bosque incluso cuando nuestras preocupaciones se refieran al estudio de los árboles individuales de ese bosque... En cuestiones de pastos tratamos siempre de conjuntos complejos. No estudiamos la influencia de un factor, sino, más bien. La influencia de un grupo de factores sobre otro grupo igualmente complejo de factores ” (Davies, 1948, citado por Voisin, 1971)

Sensibilidad de las plantas de pastizal frente al corte.


El método de aproximación más sencillo para estudiar la influencia del sistema de explotación sobre la flora del pasto, es el de determinar la sensibilidad de las plantas frente al corte realizado por un instrumento adecuado. Las condiciones del corte mecánico están lejos de ser las que verdaderamente requiere el pastizal. Este método de estudio tiene, por el contrario, la ventaja de permitir trabajar en condiciones simplificadas y poco onerosas. Pero lo que es preciso señalar es que las enseñanzas aportadas por este método son válidas más que en el caso de que se tengan en cuenta cuidadosamente las condiciones especiales, y bastante poco reales, en que han sido obtenidas. Si no se recordasen las limitaciones de este método, se correría el riesgo de cometer grandes errores en la práctica (Voisin, 1971).

En una primera aproximación muy general las gramíneas altas (claramente escasas en hoja situadas junto al suelo) son más sensibles al corte que las bajas (abundantes en hojas situadas junto al suelo). Pero esto no es más que una primera aproximación, es preciso hablar de la frecuencia de corte. El numero de cortes de una pastura sembrada con una mezcla simple, puede ocasionar la presencia de floras extremadamente diferentes. Por ejemplo, un número elevado de cortes favorece la invasión de la alfalfa por otras hierbas. El trébol blanco por el contrario no se desarrolla si los cortes no son suficientemente frecuentes.

La altura de corte por encima del suelo es otro de los factores que diferencia a las especies en cuanto a su sensibilidad. “Si un pasto no es consumido a diente lo bastante cerca, o no es segado lo suficientemente bajo, se retarda el rebrote, ya que las hierbas no se descabezan suficientemente. Pero si se agota el pasto demasiado bajo se producirá igualmente una disminución en el rendimiento de la planta, que ya no podrá disponer de las reservas de la parte baja de sus tallos, sin hablar de los inconvenientes de la desnudez del suelo” (Voisin, 1971).

Otro factor importante es la influencia de la edad fisiológica de la planta al momento del corte. Las especies difieren por ejemplo en el momento en que acumulan reservas, para disminuir la presencia de cardo estos deben cortarse cuando están ya suficientemente desarrollados. Los cardos comienzan por acumular reservas en sus raíces, más tarde en el momento en que el tallo crece se produce una gran disminución de reservas sin que queden agotadas, cuando está en granazón es cuando estas reservas se reducen al mínimo, pero entonces sería demasiado tarde para cortarlo e impedir su reproducción. Por tanto cortar los cardos al momento de iniciada la floración es cuando se tendrá más probabilidades de debilitarlos. Otras plantas acumulan con gran lentitud reservas en las bases de sus tallos, por lo que los cortes más tempranos en estado vegetativo las debilitarán más (Voisin, 1971).

La sensibilidad de las plantas al corte es diferente si este es mecánico o por el diente del animal, mientras la segadora corta todas las plantas, no ocurre lo mismo con el diente del animal. El corte a diente no es a la misma altura en todas las plantas. El animal escoge las plantas y las partes de éstas que más le agradan, en ciertas ocasiones, especialmente en tiempo seco arranca la hierba en lugar de recortarla, deposita excreciones (heces y orina), el pisoteo es diferente realizado por el pie que por la maquinaria y la saliva ejerce un efecto sobre la cicatrización de las heridas en las plantas. La siega y el pastoreo crean dos floras diferentes aun partiendo de una misma mezcla de semillas. La avena es una planta que es más abundante en los prados de siega que en los pastizales a diente. Por el contrario el raygras es una planta totalmente característica de pastizales, más abundante que en un prado de siega (Voisin, 1971). En ocasiones alternar siegas y pastoreo directo puede ser beneficioso, al obtenerse un “equilibrio” entre especies adaptadas a cada método. Por ejemplo una pastura que viene siendo pastoreada si se deja para segar, permite mantener ciertas gramíneas de tallos altos, alcanzando un estadio de evolución más avanzado, ofrece a ciertas hierbas la posibilidad el momento de la floración, y desarrollar mejor sus raíces y reduce el crecimiento de hierbas de poca altura (malezas enanas).

Influencia de los sistemas de pastoreo sobre la flora


La hierba es “segada” por un instrumento cortante, o “consumida a diente” por el animal. El animal “come” la hierba que le llevan al pesebre, previamente segada, en tanto el animal “cosecha” la hierba que consume a diente en el pastoreo (Voisin, 1971).
Las diferentes especies animales difieren en la forma en como cosechan la hierba, por lo tanto ejercen diferentes acciones sobre la pastura.
  • Bovinos. Prenden la hierba con la lengua para metérsela en la boca. Dado el dispositivo de sus mandíbulas, no pueden cortarla a menos de dos cm del suelo. No “raspan” a fondo un pasto más que en caso de escasez o de exceso de animales (lo que viene a ser lo mismo). Pueden comer hierbas relativamente avanzada en su madurez, pero no pueden consumir hierbas demasiado duras o espinosas.
  • Caballos. Prenden la hierba con los labios y la cortan con más limpieza y más cerca del suelo que los bovinos. Sus cascos sobre todo cuando están herrados son muy perjudiciales para las plantas, que soportan mal el pisoteo y el coceo. Acostumbran a depositar sus excrementos siempre en el mismo lugar, siendo difícil lograr una buena flora en una pastura únicamente con caballos.
  • Ovejas. Pueden cortar la hierba al ras del suelo, tomando la parte de la planta de la que salen los tallos. Pueden incluso arrancar las plantas en los pastos descarnados y comer los brotes tempranos de algunas plantas groseras. En los pastos en dientes, sus pezuñas que se hunden de través pueden causar alguna erosión. El pastoreo no controlado de las ovejas produce con frecuencia, graves daños en los pastizales. Con ovejas es preciso extremar el cuidado de los pastos.

Tiempo de reposo. El tiempo de reposo debe ser variable en relación a la estación y condiciones climáticas. En general los tiempos muy cortos de reposo favorecen a las especies de menor valor forrajero. Algunas especies forrajeras son muy sensibles al pastoreo al inicio de su crecimiento activo luego de la época de reposo, como sucede con el raigras y el dactilis. En pastoreos rotativos se debe prestar atención a que no sean siempre las mismas parcelas las que se pastorean en las mismas fechas, si se quiere evitar una gran diferenciación en la flora entre parcelas. El aporte de nitrógeno puede acelerar el crecimiento inicial al comienzo de la estación de crecimiento.

“El sistema que se siga en el pastoreo es uno de los elementos fundamentales que determina la asociación vegetal del pasto” (Voisin, 1971).

Influencia de la mezcla de semillas sobre la flora del pasto


Los estudios sobre la influencia de las cantidades relativas o absolutas sembradas, los métodos de siembra, las máquinas utilizadas para estos trabajos, etc., son numerosos. Ello se debe por una parte, por los intereses comerciales en juego y por otra, por la facilidad relativa con que estos estudios pueden emprenderse en pequeños parques de ensayo, sin requerir experiencias de larga duración (Voisin, 1971).

Las variedades indígenas o criollas muchas veces se establecen mejor que las variedades seleccionadas. Algunos trabajos señalan que las vacas prefieren las variedades de hierbas indígenas frente a las seleccionadas. Debe existir una razón por la que la vaca prefiere las variedades locales; la elección responde, sin duda, a ciertas necesidades fisiológicas (Voisin, 1971).

“El animal es el juez supremo de todo método de explotación de los pastos” (Voisin, 1971)

La dificultad en la selección de plantas pratenses. Si bien se destinan muchos recursos a la selección vegetal, desgraciadamente, este esfuerzo ha sido frecuentemente engañoso, no dando siempre los resultados que eran de esperar. Ello se debe sobre todo a que las plantas han sido casi siempre estudiadas en condiciones artificiales, alejadas en extremo de la realidad. Generalmente se suele experimentar en pequeños cuadros, en donde la hierba es cortada con tijeras.

Ahora bien las plantas seleccionadas no podrán progresar si no cumple las tres condiciones siguientes:
  • convenir perfectamente al medio en que deberán vivir y especialmente
    • soportar debidamente el pisoteo y el diente del animal
    • adaptarse a los sistemas de pastoreo empleados
  • Poseer buena palatabilidad para el ganado
  • Ejerce una acción favorable sobre el rendimiento y la salud de los animales.

Mientras que los rendimientos de cultivos han aumentado enormemente, los rendimientos de los pastos apenas han sido mejorados. Entonces para mejorar los pastos, se preconizaron casi exclusivamente los mismos métodos que se habían revelado como más eficientes sobre las labores, sin hacer demasiadas diferencias entre una tierra de labor y una pradera. Este es uno de los errores de concepción cometido al hablar de “cultivo de hierba”.

Competencia y ayuda mutua entre el trébol blanco y la gramínea.

Veamos siembra de gramínea (raygras o Dactilis) con trébol blanco en diferentes proporciones (en base al trabajo de Heddle y Herriot, 1955, citado por Voisin, 1971). La siembra de TB con gramínea aumenta los rendimientos de la gramínea durante los primeros años, cuando la densidad de siembra de TB es relativamente baja. Pero lo más notable es que con diferentes proporciones de semilla de TB y gramínea, la proporción de TB sigue siendo aproximadamente la misma a partir del tercer año, si se mantiene el mismo manejo (en este caso 4 cortes los 2 primeros años y 5 el tercero). “Parece ser que en tales mezclas simples, la cantidad sembrada, ya sea de la gramínea, ya del trébol, no desempeña un importante papel en la determinación de la composición de la flora excepto durante el período de comienzo en el que éstas se establece” (Heddle y Herriot,1955, citado por Voisin, 1971).

Después de la gran producción de segundo año, los rendimientos disminuyen notablemente al tercer año siguiente a la siembra. He aquí el fenómeno de los “años de miseria”, es decir el descenso de producción en el transcurso de los años siguientes a los magníficos rendimientos obtenidos durante los primeros años de la siembra.

“Finalmente, el método de explotación y no la cantidad sembrada es el que determina la composición de la flora” (Voisin, 1971)

La siembra de mezclas simples consorciadas con un cultivo de invierno influye sobre el rendimiento de la pradera en forma muy variable, por lo que las opiniones sobre estas son muy contradictorias. Es preciso recordar dos principios fundamentales:
  • la agricultura es la ciencia de las condiciones locales
  • la ancestral experiencia campesina debe ser respetada, antes de condenarla, es preciso determinar cuidadosamente las razones que existen eventualmente para modificarla.

“Desgraciadamente muchas veces no poseemos datos “científicos” sobre métodos utilizados por los campesinos, que deben tener ciertamente, su justificación, especialmente cuando se han impuesto con tanta solidez. Debemos estudiar mucho más de lo que lo hacemos, los métodos empíricos campesinos, que tienen siempre su razón de ser, lo que no quiere decir que no deban ser mejorados e incluso modificados. Tropezaremos con muchas menos dificultades y accidentes si tomamos como base del “progreso agrícola” los métodos campesinos, en lugar de apoyarnos sobre teorías creadas en el laboratorio y con frecuencia muy alejadas de la realidad” (Voisin, 1971).

Lucha de las plantas entre si. Veamos el ejemplo del raigras. El raigras es muy utilizado en pasturas mezclas por su alto rendimiento en el primer año, en el segundo año disminuye notablemente pudiendo dejar lugar a las otras plantas de la mezcla sembrada. No obstante el empleo de raigras en las mezclas, ha sido frecuentemente criticado e incluso desaconsejado, porque el desarrollo muy vigoroso puede ahogar a otras plantas de la mezcla y al desaparecer en el segundo año puede dejar importantes zonas de suelo desnudo. El raigras anual posee pues un “vigor de competencia” muy grande.

Evolución de la flora en los pastizales de siembra según el sistema de explotación


Cuatro sistemas de pastoreo (variando momentos de pastoreo) sobre una misma mezcla originan cuatro floras distintas. Variaciones en las fechas de pastoreo afectan selectivamente a las especies, con una influencia tanto en la parte aérea como sobre las raíces. La forma de explotación ejerce una profunda influencia sobre las raíces, que a su vez varía entre especies vegetales.
Nuestros conocimientos sobre las raíces que constituyen el “cerebro” del pastizal son todavía escasos” (Voisin, 1971)

Una misma mezcla de varias especies ya sea pastoreada o segada luego de tres años poseen una flora totalmente diferente. Pero si luego se invierte el manejo por otros tres años la flora también se revierte en gran medida. Esta inversión debida a los sistemas de explotación demuestra la gran “plasticidad de la flora pratense”.

“El sistema con el que se explota un pasto, y especialmente la forma en que sea pastado a diente, son los que determinan, antes que nada, el destino de cualquiera de las especies contenidas en la mezcla de semillas que se siembra” (Jones, 1937, citado por Voisin, 1971)


“Cualquiera que sea la mezcla sembrada, la flora del pasto tiende a adquirir “el tipo del pastizal local”, es decir el ecotipo o biotipo vegetal (asociación de plantas que se establece por selección natural y corresponde a las condiciones particulares del medio). El estadio final del ecotipo que los ecologistas ingleses llaman “climax vegetation” no se alcanza con frecuencia más que muy lentamente” (Voisin, 1971).
“La vegetación no puede, naturalmente por siembra, volver a adquirir el ecotipo local más que en el caso en que el suelo haya adquirido, a su vez, la estructura y la composición del suelo de los viejos pastos.” (Voisin, 1971).
La “regeneración del tapiz natural” luego de varios años de agricultura depende de muchos factores, entre ellos contar con fuentes de las especies originales, pero también de “restablecer” las condiciones del suelo, en un proceso largo de coevolución.
Podemos concluir que:
  • La flora sembrada tiene una existencia relativamente corta, inestable y de tipo dinámico
  • Una flora en extremo diferente de la sembrada se establece en pocos años.

Los años de miseria de los pastizales sembrados


“En varios países, los campesinos, que son los mayores “sabios” de la agricultura, nos dicen: “Un pasto recién sembrado se ve desbordado de hierba en el transcurso de los dos primeros años. Pero, durante los cinco a nueve años siguientes, el rendimiento comienza a descender. La hierba se “ahueca” y se llena de calvas” ¿que sucede después? En Normandía puede oírse con frecuencia la siguiente respuesta: “Cuando la hierba parece estar muy enferma, vuelve a recuperarse lentamente. Pero es preciso casi una generación (no menos de veinte años) para que una hierba termine de “agarrar” y que los animales “repongan” verdaderamente bien”. Esta es la antigua experiencia campesina.”(Voisin, 1971).

Los fenómenos que ocasionan este descenso de la producción (años de miseria) son muy complejos, y la falta de elementos nutritivos asimilables o el tipo de variedades sembradas son solo algunos factores entre otros muchos y no parecen ser los más importantes. Los años de miseria se acentúan al cabo de varias roturaciones sucesivas.

¿Debemos buscar en el suelo o en la planta las causas de los “años de miseria”?
La elección de especies o variedades, así como su mezcla prudencial puede atenuar los años de miseria, pero no debemos esperar nada más. Tampoco son la causa de estos los errores en los métodos de siembra, aunque tales errores pueden acentuar los problemas.

Busquemos en el suelo, como evoluciona la estructura y la vida del mismo durante los años de miseria. Los grandes aportes de abono no evitan el descenso del rendimiento durante tales años. “La causa básica de este descenso del rendimiento debe buscarse en las características físicas desfavorables del suelo” (Klitsch 1932, citado por Voisin, 1971).

El suelo de los nuevos sembrados tiende tendencia a endurecerse. Con laboreo convencional el volumen de poros y el poder de retención de agua aumenta al principio de la pastura sembrada pero rápidamente comienzan a disminuir. “Durante los primeros años el elevado rendimiento vegetal, toma del suelo cantidades anormalmente elevadas de agua y de elementos fertilizantes. La competencia que ejercen entre si las plantas jóvenes del nuevo sembrado y su adaptación a las condiciones del medio, conducen a la destrucción de una importante fracción de esta nueva flora, lo que pone al desnudo una parte del suelo. Las consecuencias son evaporación improductiva de agua y la formación de grietas o el apelmazamiento del suelo. Traduciéndose en una disminución de la capacidad de almacenamiento de agua. Entonces se alcanza el nivel más bajo: el suelo esta “muerto” y ha perdido su estado muelle, que caracteriza al suelo de pastizales viejos” (Klapp, 1942, citado por Voisin, 1971). Los pastizales viejos ofrecen una mayor resistencia a la sequía.

Otro de los fenómenos que ocurren durante el inicio de una pastura sembrada es la disminución de materia orgánica del suelo por oxidación de la misma, liberando nutrientes que permiten un crecimiento inicial pero con disminución del humus.

“La conclusión de nuestras observaciones es la de que es preciso modificar lo menos posible la estructura física específica del suelo de los pastos permanentes y por consiguiente, debe evitarse el roturarlos” (Klistch 1932, citado por Voisin, 1971).

La fertilidad del suelo depende, en gran parte de su riqueza en humus y en elementos minerales asimilables, y que es debida a la actividad de los organismos vivos que se encuentran en él como vegetales, hongos, bacterias, nemátodes, ácaros, collémbolos, enquitreidos, moluscos, lombrices, vermes del suelo, miriápodos, larvas dípteros, hormigas, arañas, etc. Nuestros conocimientos sobre la vida del suelo son aún muy escasos. En el estado actual de nuestros conocimientos, se considera que los gusanos de tierra (lombrices) y los enquitreidos desempeñan un papel preponderante en la microfauna del suelo. Puede observarse que el suelo de praderas sin roturar contiene un número de gusanos de tierra más elevado que el de los suelos laboreados., la diferencia es aún más marcada para los enquitreidos. El gusano de tierra es realmente “el arado de la Naturaleza” y el más eficiente de todos los arados, además de hacer asimilables elementos minerales del suelo (Voisin, 1971). La mayor acumulación de organismos vivos así como de las raíces se da en las capas superficiales del suelo, y la roturación de un pastizal permanente significa la muerte de la mayoría de los gusanos de tierra y otros organismos.

“Vemos pues una de las principales causas de los años de miseria, el desequilibrio producido en la vida del suelo” (Voisin, 1971).

Una grave confusión de ideas. La introducción de praderas temporales en la rotación de cultivos, es indispensable. Recordemos que lo que se llama la “revolución forrajera” consistió, desde principios del siglo XIX, en reemplazar el barbecho por una pradera temporal de leguminosas, segada o pastoreada, éste fue uno de los grandes progresos de la agricultura. Ahora bien, como consecuencia de una grave confusión de ideas, se ha mezclado el sistema de la introducción de los prados temporales en la rotación de cultivos con la cuestión de la roturación y de la resiembra de los pastizales, a fin de mejorar su flora y su rendimiento.

¿Debemos roturar nuestros pastizales viejos para mejorarlos? En muchos países se han empleado sumas considerables para convencer a los agricultores de la conveniencia de roturar sus viejos pastizales y resembrarlos, afirmándoles que, al proceder así, no harán más que mejorarlos. No obstante, los agricultores permanecieron siempre muy reacios a ello. En todos los países del mundo, los campesinos son muy aficionados a percibir subvenciones. Es, pues, de suponer que los agricultores tienen sus razones para rehusar este regalo.

Razones de la resistencia de los campesinos a roturar prados permanente aún con subvenciones. Si tras muchos años de existencia de una subvención para un método agronómico cualquiera, el campesino no la emplea normal y voluntariamente, debemos llegar a la conclusión de que aquél ha podido comprobar que el método, aun con la subvención no es ventajoso.

Veamos pues las razones para mantener los prados permanentes. Examinemos primeros las razones “animales”. Los agricultores temen por la salud de sus animales en los prados temporales. Meteorismo, parasitismo, hipomagnesemia, son algunas de los problemas asociados con los prados temporales, o sea aumento de riesgo de enfermedades en los animales.

Los argumentos “vegetales” contra la roturación de los viejos pastos, son el peligro de no lograr el sembrado, los años de miseria, flora insuficientemente variada, sensibilidad de las praderas temporales a la sequía, corto ciclo de vida de alguna de las plantas sembradas, desarrollo de plantas no deseadas en las calvas dejadas por la desaparición de ciertas plantas sembradas y el costo de la siembra.

La roturación y resiembra, consideradas como únicos factores de mejora de los pastos. Czerwinka (1951, citado por Voisin, 1971) dice a este respecto “ la falta más importante fue cometida cuando se pensó mejorar las praderas roturándolas y resembrándolas de nuevo. Se creyó que no era preciso conceder valor alguno más que a ciertas plantas dignas de ser sembradas, y que el resto debería considerarse como malas hierbas. De esta forma, se llegó a considerar erróneamente que el ideal sería un pastizal sin flor alguna. La roturación y la resiembra se estimaron, pues, como el único remedio universal que permitiría mejorar una pradera. Algunos prácticos y científicos reconocieron los fallos de este sistema”. Pero continúa Voisin, “hará falta mucho tiempo antes de que su punto de vista sea admitido. Y hará tanto más falta, cuanto que desgraciadamente, los intereses económicos están ligados a este problema de la roturación de los pastos viejos”.

“La flora de un pastizal está bajo el control de los métodos de explotación. Si un pastizal ha degenerado, es porque no fue explotado debidamente, y la roturación y su resiembra no son capaces de compensar los efectos de un sistema defectuoso de explotación.” (Voisin, 1971)


(fin de la primera parte, continua en segunda, tercera y conclusiones)

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