En 1946, el profesor Moore en Wisconsin, descubrió que la estreptomicina aumentaba la tasa de crecimiento en los polluelos. En los años 50 distintas investigaciones confirmaron que el uso de pequeñas dosis de antibióticos favorece el crecimiento de los animales. Este descubrimiento hizo que durante décadas los antibióticos se usaran con un fin diferente al tratamiento de enfermedades.
En Uruguay, el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) prohibió la importación, fabricación, comercialización y uso de alimentos para animales que contengan antibióticos como promotores de crecimiento. Así lo dispuso el decreto 98/011 que entró en vigencia a principios de junio de 2011.
El primer motivo que justifica la prohibición es que “el suministro de alimentos que contengan en su formulación antibióticos aumenta el riesgo de resistencia antimicrobiana en los animales y puede constituir un factor de riesgo para la Salud Pública”. Pero la prohibición recae sólo sobre las especies bovina y ovina; las dos principales de la industria ganadera Uruguaya y no para otras especies como aves y cerdos. Pese a que los antibióticos han sido aplicados con fines no terapéuticos en la cría de aves y cerdos también en nuestro país, pero la prohibición no alcanza a estas especies pese a ser igualmente susceptibles de favorecer la aparición de bacterias resistentes si son sobremedicadas o usados como "preventivos" (uso inexistente).
El decreto enuncia un segundo motivo para la prohibición: “Los mercados compradores de productos de origen animal, exigen la garantía de inocuidad de dichos productos, mediante el control del suministro de medicamentos veterinarios a través de la alimentación de los animales”. Ovinos y bovinos son las especies ganaderas que Uruguay exporta a países de la Unión Europea y otros. El mercado europeo exige cumplir con exigencias de inocuidad de los alimentos,y realiza exámenes para la detección de residuos, y tiene exigencias de trazabilidad.
En Uruguay las industrias avícolas y porcícolas no exportan a la Unión Europea y abastecen principalmente al mercado interno. Según el MGAP (web abril 2011) la adopción del decreto 98/011 surge principalmente por las negociaciones que Uruguay realizó con Suiza para exportarle carne vacuna y ovina. La adaptación de nuestra normativa permite que su precio aumente 30% al ser quitada del envoltorio una etiqueta que ponía que era carne producida con sustancias prohibidas.
En Uruguay, el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) prohibió la importación, fabricación, comercialización y uso de alimentos para animales que contengan antibióticos como promotores de crecimiento. Así lo dispuso el decreto 98/011 que entró en vigencia a principios de junio de 2011.
El primer motivo que justifica la prohibición es que “el suministro de alimentos que contengan en su formulación antibióticos aumenta el riesgo de resistencia antimicrobiana en los animales y puede constituir un factor de riesgo para la Salud Pública”. Pero la prohibición recae sólo sobre las especies bovina y ovina; las dos principales de la industria ganadera Uruguaya y no para otras especies como aves y cerdos. Pese a que los antibióticos han sido aplicados con fines no terapéuticos en la cría de aves y cerdos también en nuestro país, pero la prohibición no alcanza a estas especies pese a ser igualmente susceptibles de favorecer la aparición de bacterias resistentes si son sobremedicadas o usados como "preventivos" (uso inexistente).
Entonces ¿Por qué la normativa es aplicable sólo para ovinos y bovinos?
El decreto enuncia un segundo motivo para la prohibición: “Los mercados compradores de productos de origen animal, exigen la garantía de inocuidad de dichos productos, mediante el control del suministro de medicamentos veterinarios a través de la alimentación de los animales”. Ovinos y bovinos son las especies ganaderas que Uruguay exporta a países de la Unión Europea y otros. El mercado europeo exige cumplir con exigencias de inocuidad de los alimentos,y realiza exámenes para la detección de residuos, y tiene exigencias de trazabilidad.
En Uruguay las industrias avícolas y porcícolas no exportan a la Unión Europea y abastecen principalmente al mercado interno. Según el MGAP (web abril 2011) la adopción del decreto 98/011 surge principalmente por las negociaciones que Uruguay realizó con Suiza para exportarle carne vacuna y ovina. La adaptación de nuestra normativa permite que su precio aumente 30% al ser quitada del envoltorio una etiqueta que ponía que era carne producida con sustancias prohibidas.
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