(Voisin, A. 1971. Dinámica de los pastos. Editorial Tecnos. Madrid. España. 452 p)
El libro “Dinámica de los pastos"de Voisin cuya primera edición es de hace más de medio siglo mantiene plena vigencia, más allá de las controversias que pueda generar algunos de sus postulados. Este es el tercer libro del autor de una serie dedicada al estudio de los pastos y al pastoreo racional, complementando a los dos libros anteriores Productividad de la hierba y Suelo, Hierba, Cáncer. Aquí aborda la ecología dinámica del pastizal o pasturas, tanto naturales como sembradas. A continuación trataremos de sintetizar los aspectos más relevantes de su trabajo según nuestro punto de vista, manteniendo el orden dado por el autor.
Concepto dinámico de la ecología de los pastos.
La ecología estudia las
relaciones de los seres vivos con su entorno. Los factores ecológicos
(que actúan sobre los animales y plantas) adaptado de Schennikov
(1953) son:
- Factores atmosféricos (climáticos)
- Factores de geología y suelo
- Factores topográficos
- Factores bióticos
- Factores antrópicos (humanos)
Los tres primeros son
factores estáticos. Si bien están muy lejos de ser independientes
de la influencia humana, de todas formas son más difíciles de
cambiar en cortos períodos de tiempo o a gran escala. Los dos
últimos, son los factores dinámicos y abarcan toda la influencia
ejercida tanto directa como indirectamente por los humanos.
“La flora de los
pastizales es relativamente estable”. Este es un punto de vista
desgraciadamente dominante, o sea una visión demasiado
estática de la ecología de los pastos. Generalmente se ha tenido
excesivamente en cuenta las influencias independientes del hombre
ejercidas sobre el pasto, es decir las procedentes del clima,
topografía y del suelo. En otros términos se ha minimizado en
demasía las influencias humanas, la mayor parte de los
estudios sobre pastos deja de lado o han ignorado directamente el
pastoreo.
“Desde
nuestra concepción debe concederse prioridad a los factores bióticos
y antrópicos en la dinámica de los pastos” (Voisin,
1971).
William Davies (1948,
adaptado por Voisin, 1971) señala “El ecólogo (estático) estima
a los factores climáticos y edáficos como fundamentales, y les
concede casi carácter sagrado; considera al suelo y al clima con una
veneración, a mi juicio exagerada. Por el contrario, el agrónomo
pascicultor (ecólogo dinámico), concede una atención especial a
los factores bióticos y aprecia perfectamente, según su
experiencia, hasta que punto éstos pueden modificar la flora”
La concepción dinámica
de la ecología de pastizales implica seguir la evolución de la
flora cuando el hombre modifica las condiciones ambientales. Debemos
abandonar la concepción de estado de equilibrio natural en la flora
de los pastizales (Voisin, 1971).
Planteando
que deberíamos transitar en el sentido de enfocar la relaciones:
Relación suelo planta → relación suelo planta animal → relación suelo planta
animal hombre
Método de estudio de la ecología de los pastos.
El tema principal de estudio de ecología dinámica de los pastos es descubrir las causas
que conducen a una evolución determinada de la flora. Desde el punto
de vista práctico (el más importante), se trata de descubrir
los métodos defectuosos de explotación que han conducido a la
degradación de aquella, para suprimir sus causas (Voisin,
1971).
Resulta imposible
estudiar el conjunto de causas que actúan sobre la flora, por tanto,
estudiaremos aquí por separado cada una de estas causas aplicando
el segundo principio de la lógica cartesiana: “dividir cada una de
las dificultades en tantas partes como se pueda y sea necesario para
resolverlas mejor”.
Cuando separamos
individualmente los factores ecológicos, no debemos olvidar nunca
que forman un todo. La
separación de un factor aislado debe ser siempre parcial, “debemos
ver siempre el bosque incluso cuando nuestras preocupaciones se
refieran al estudio de los árboles individuales de ese bosque... En
cuestiones de pastos tratamos siempre de conjuntos complejos. No
estudiamos la influencia de un factor, sino, más bien. La influencia
de un grupo de factores sobre otro grupo igualmente complejo de
factores ” (Davies, 1948, citado por Voisin, 1971)
Sensibilidad de las plantas de pastizal frente al corte.
El método de aproximación más sencillo para estudiar la influencia
del sistema de explotación sobre la flora del pasto, es el de
determinar la sensibilidad de las plantas frente al corte realizado
por un instrumento adecuado. Las condiciones del corte mecánico
están lejos de ser las que verdaderamente requiere el pastizal.
Este método de estudio tiene, por el contrario, la ventaja de
permitir trabajar en condiciones simplificadas y poco onerosas. Pero
lo que es preciso señalar es que las enseñanzas aportadas por este
método son válidas más que en el caso de que se tengan en cuenta
cuidadosamente las condiciones especiales, y bastante poco reales, en
que han sido obtenidas. Si no se recordasen las limitaciones de este
método, se correría el riesgo de cometer grandes errores en la
práctica (Voisin, 1971).
En una primera aproximación muy general las gramíneas altas
(claramente escasas en hoja situadas junto al suelo) son más
sensibles al corte que las bajas (abundantes en hojas situadas junto
al suelo). Pero esto no es más que una primera aproximación, es
preciso hablar de la frecuencia de corte. El numero de cortes de una
pastura sembrada con una mezcla simple, puede ocasionar la presencia
de floras extremadamente diferentes. Por ejemplo, un número elevado
de cortes favorece la invasión de la alfalfa por otras hierbas. El
trébol blanco por el contrario no se desarrolla si los cortes no son
suficientemente frecuentes.
La altura de corte por encima del suelo es otro de los factores que
diferencia a las especies en cuanto a su sensibilidad. “Si un pasto
no es consumido a diente lo bastante cerca, o no es segado lo
suficientemente bajo, se retarda el rebrote, ya que las hierbas no se
descabezan suficientemente. Pero si se agota el pasto demasiado bajo
se producirá igualmente una disminución en el rendimiento de la
planta, que ya no podrá disponer de las reservas de la parte baja de
sus tallos, sin hablar de los inconvenientes de la desnudez del
suelo” (Voisin, 1971).
Otro factor importante es la influencia de la edad fisiológica de la
planta al momento del corte. Las especies difieren por ejemplo en el
momento en que acumulan reservas, para disminuir la presencia de
cardo estos deben cortarse cuando están ya suficientemente
desarrollados. Los cardos comienzan por acumular reservas en sus
raíces, más tarde en el momento en que el tallo crece se produce
una gran disminución de reservas sin que queden agotadas, cuando
está en granazón es cuando estas reservas se reducen al mínimo,
pero entonces sería demasiado tarde para cortarlo e impedir su
reproducción. Por tanto cortar los cardos al momento de iniciada la
floración es cuando se tendrá más probabilidades de debilitarlos.
Otras plantas acumulan con gran lentitud reservas en las bases de sus
tallos, por lo que los cortes más tempranos en estado vegetativo las
debilitarán más (Voisin, 1971).
La sensibilidad de las plantas al corte es diferente si este es
mecánico o por el diente del animal, mientras la segadora corta
todas las plantas, no ocurre lo mismo con el diente del animal. El
corte a diente no es a la misma altura en todas las plantas. El
animal escoge las plantas y las partes de éstas que más le agradan,
en ciertas ocasiones, especialmente en tiempo seco arranca la hierba
en lugar de recortarla, deposita excreciones (heces y orina), el
pisoteo es diferente realizado por el pie que por la maquinaria y la
saliva ejerce un efecto sobre la cicatrización de las heridas en las
plantas. La siega y el pastoreo crean dos floras diferentes aun
partiendo de una misma mezcla de semillas. La avena es una planta que
es más abundante en los prados de siega que en los pastizales a
diente. Por el contrario el raygras es una planta totalmente
característica de pastizales, más abundante que en un prado de
siega (Voisin, 1971). En ocasiones alternar siegas y pastoreo directo
puede ser beneficioso, al obtenerse un “equilibrio” entre
especies adaptadas a cada método. Por ejemplo una pastura que viene
siendo pastoreada si se deja para segar, permite mantener ciertas
gramíneas de tallos altos, alcanzando un estadio de evolución más
avanzado, ofrece a ciertas hierbas la posibilidad el momento de la
floración, y desarrollar mejor sus raíces y reduce el crecimiento
de hierbas de poca altura (malezas enanas).
Influencia de los sistemas de pastoreo sobre la flora
La hierba es “segada” por un instrumento cortante, o “consumida
a diente” por el animal. El animal “come” la hierba que le
llevan al pesebre, previamente segada, en tanto el animal “cosecha”
la hierba que consume a diente en el pastoreo (Voisin, 1971).
Las diferentes especies animales difieren en la forma en como
cosechan la hierba, por lo tanto ejercen diferentes acciones sobre la
pastura.
- Bovinos. Prenden la hierba con la lengua para metérsela en la boca. Dado el dispositivo de sus mandíbulas, no pueden cortarla a menos de dos cm del suelo. No “raspan” a fondo un pasto más que en caso de escasez o de exceso de animales (lo que viene a ser lo mismo). Pueden comer hierbas relativamente avanzada en su madurez, pero no pueden consumir hierbas demasiado duras o espinosas.
- Caballos. Prenden la hierba con los labios y la cortan con más limpieza y más cerca del suelo que los bovinos. Sus cascos sobre todo cuando están herrados son muy perjudiciales para las plantas, que soportan mal el pisoteo y el coceo. Acostumbran a depositar sus excrementos siempre en el mismo lugar, siendo difícil lograr una buena flora en una pastura únicamente con caballos.
- Ovejas. Pueden cortar la hierba al ras del suelo, tomando la parte de la planta de la que salen los tallos. Pueden incluso arrancar las plantas en los pastos descarnados y comer los brotes tempranos de algunas plantas groseras. En los pastos en dientes, sus pezuñas que se hunden de través pueden causar alguna erosión. El pastoreo no controlado de las ovejas produce con frecuencia, graves daños en los pastizales. Con ovejas es preciso extremar el cuidado de los pastos.
Tiempo
de reposo. El tiempo de reposo
debe ser variable en relación a la estación y condiciones
climáticas. En general los tiempos muy cortos de reposo favorecen a
las especies de menor valor forrajero. Algunas especies forrajeras
son muy sensibles al pastoreo al inicio de su crecimiento activo
luego de la época de reposo, como sucede con el raigras y el
dactilis. En pastoreos rotativos se debe prestar atención a que no
sean siempre las mismas parcelas las que se pastorean en las mismas
fechas, si se quiere evitar una gran diferenciación en la flora
entre parcelas. El aporte de nitrógeno puede acelerar el crecimiento
inicial al comienzo de la estación de crecimiento.
“El sistema que se siga en el pastoreo es uno
de los elementos fundamentales que determina la asociación vegetal
del pasto” (Voisin, 1971).
Influencia de la mezcla de semillas sobre la flora del pasto
Los
estudios sobre la influencia de las cantidades relativas o absolutas
sembradas, los métodos de siembra, las máquinas utilizadas para
estos trabajos, etc., son numerosos. Ello se debe por una parte, por
los intereses comerciales en juego y por otra, por la facilidad
relativa con que estos estudios pueden emprenderse en pequeños
parques de ensayo, sin requerir experiencias de larga duración
(Voisin, 1971).
Las variedades indígenas o criollas muchas
veces se establecen mejor que las variedades seleccionadas. Algunos
trabajos señalan que las vacas prefieren las variedades de hierbas
indígenas frente a las seleccionadas. Debe existir una razón por la
que la vaca prefiere las variedades locales; la elección responde,
sin duda, a ciertas necesidades fisiológicas (Voisin, 1971).
“El animal es el juez supremo de todo método
de explotación de los pastos” (Voisin, 1971)
La dificultad en la selección de plantas
pratenses. Si bien se destinan muchos recursos a la selección
vegetal, desgraciadamente, este esfuerzo ha sido frecuentemente
engañoso, no dando siempre los resultados que eran de esperar. Ello
se debe sobre todo a que las plantas han sido casi siempre estudiadas
en condiciones artificiales, alejadas en extremo de la realidad.
Generalmente se suele experimentar en pequeños cuadros, en donde la
hierba es cortada con tijeras.
Ahora bien las plantas seleccionadas no podrán
progresar si no cumple las tres condiciones siguientes:
- convenir perfectamente al medio en que deberán vivir y especialmente
- soportar debidamente el pisoteo y el diente del animal
- adaptarse a los sistemas de pastoreo empleados
- Poseer buena palatabilidad para el ganado
- Ejerce una acción favorable sobre el rendimiento y la salud de los animales.
Mientras que los rendimientos de cultivos han aumentado enormemente,
los rendimientos de los pastos apenas han sido mejorados. Entonces
para mejorar los pastos, se preconizaron casi exclusivamente los
mismos métodos que se habían revelado como más eficientes sobre
las labores, sin hacer demasiadas diferencias entre una tierra de
labor y una pradera. Este es uno de los errores de concepción
cometido al hablar de “cultivo de hierba”.
Competencia
y ayuda mutua entre el trébol blanco y la gramínea.
Veamos
siembra de gramínea (raygras o Dactilis) con trébol blanco en
diferentes proporciones (en base al trabajo de Heddle y Herriot,
1955, citado por Voisin, 1971). La siembra de TB con gramínea
aumenta los rendimientos de la gramínea durante los primeros años,
cuando la densidad de siembra de TB es relativamente baja. Pero lo
más notable es que con diferentes proporciones de semilla de TB y
gramínea, la proporción de TB sigue siendo aproximadamente la misma
a partir del tercer año, si se mantiene el mismo manejo (en este
caso 4 cortes los 2 primeros años y 5 el tercero). “Parece ser que
en tales mezclas simples, la cantidad sembrada, ya sea de la
gramínea, ya del trébol, no desempeña un importante papel en la
determinación de la composición de la flora excepto durante el
período de comienzo en el que éstas se establece” (Heddle y
Herriot,1955, citado por Voisin, 1971).
Después
de la gran producción de segundo año, los rendimientos disminuyen
notablemente al tercer año siguiente a la siembra. He aquí el
fenómeno de los “años de miseria”, es decir el descenso
de producción en el transcurso de los años siguientes a los
magníficos rendimientos obtenidos durante los primeros años de la
siembra.
“Finalmente,
el método de explotación y no la cantidad sembrada es el que
determina la composición de la flora” (Voisin, 1971)
La
siembra de mezclas simples consorciadas con un cultivo de invierno
influye sobre el rendimiento de la pradera en forma muy variable, por
lo que las opiniones sobre estas son muy contradictorias. Es preciso
recordar dos principios fundamentales:
- la agricultura es la ciencia de las condiciones locales
- la ancestral experiencia campesina debe ser respetada, antes de condenarla, es preciso determinar cuidadosamente las razones que existen eventualmente para modificarla.
“Desgraciadamente
muchas veces no poseemos datos “científicos” sobre métodos
utilizados por los campesinos, que deben tener ciertamente, su
justificación, especialmente cuando se han impuesto con tanta
solidez. Debemos estudiar mucho más de lo que lo hacemos, los
métodos empíricos campesinos, que tienen siempre su razón de ser,
lo que no quiere decir que no deban ser mejorados e incluso
modificados. Tropezaremos con muchas menos dificultades y accidentes
si tomamos como base del “progreso agrícola” los métodos
campesinos, en lugar de apoyarnos sobre teorías creadas en el
laboratorio y con frecuencia muy alejadas de la realidad” (Voisin,
1971).
Lucha
de las plantas entre si. Veamos el ejemplo del raigras. El
raigras es muy utilizado en pasturas mezclas por su alto rendimiento
en el primer año, en el segundo año disminuye notablemente pudiendo
dejar lugar a las otras plantas de la mezcla sembrada. No obstante el
empleo de raigras en las mezclas, ha sido frecuentemente criticado e
incluso desaconsejado, porque el desarrollo muy vigoroso puede ahogar
a otras plantas de la mezcla y al desaparecer en el segundo año
puede dejar importantes zonas de suelo desnudo. El raigras anual
posee pues un “vigor de competencia” muy grande.
Evolución de la flora en los pastizales de siembra según el sistema de explotación
Cuatro sistemas de pastoreo (variando momentos de pastoreo) sobre una misma mezcla originan cuatro floras distintas. Variaciones en las fechas de pastoreo afectan selectivamente a las especies, con una influencia tanto en la parte aérea como sobre las raíces. La forma de explotación ejerce una profunda influencia sobre las raíces, que a su vez varía entre especies vegetales.
“Nuestros
conocimientos sobre las raíces que constituyen el “cerebro”
del pastizal son todavía escasos” (Voisin, 1971)
Una misma mezcla de
varias especies ya sea pastoreada o segada luego de tres años poseen
una flora totalmente diferente. Pero si luego se invierte el manejo
por otros tres años la flora también se revierte en gran medida.
Esta inversión debida a los sistemas de explotación demuestra la
gran “plasticidad de la flora pratense”.
“El sistema con el que se
explota un pasto, y especialmente la forma en que sea pastado a
diente, son los que determinan, antes que nada, el destino de
cualquiera de las especies contenidas en la mezcla de semillas que se
siembra” (Jones, 1937, citado por Voisin, 1971)
“Cualquiera que sea la mezcla sembrada, la flora
del pasto tiende a adquirir “el tipo del pastizal local”, es
decir el ecotipo o biotipo vegetal (asociación de plantas que se
establece por selección natural y corresponde a las condiciones
particulares del medio). El estadio final del ecotipo que los
ecologistas ingleses llaman “climax vegetation” no se alcanza con
frecuencia más que muy lentamente” (Voisin, 1971).
“La vegetación no puede,
naturalmente por siembra, volver a adquirir el ecotipo local más que
en el caso en que el suelo haya adquirido, a su vez, la estructura y
la composición del suelo de los viejos pastos.” (Voisin, 1971).
La “regeneración del tapiz natural” luego de
varios años de agricultura depende de muchos factores, entre ellos
contar con fuentes de las especies originales, pero también de
“restablecer” las condiciones del suelo, en un proceso largo de
coevolución.
Podemos concluir que:
- La flora sembrada tiene una existencia relativamente corta, inestable y de tipo dinámico
- Una flora en extremo diferente de la sembrada se establece en pocos años.
Los años de miseria de los pastizales sembrados
“En
varios países, los campesinos, que son los mayores “sabios” de
la agricultura, nos dicen: “Un pasto recién sembrado se ve
desbordado de hierba en el transcurso de los dos primeros años.
Pero, durante los cinco a nueve años siguientes, el rendimiento
comienza a descender. La hierba se “ahueca” y se llena de calvas”
¿que sucede después? En Normandía puede oírse con frecuencia la
siguiente respuesta: “Cuando la hierba parece estar muy enferma,
vuelve a recuperarse lentamente. Pero es preciso casi una generación
(no menos de veinte años) para que una hierba termine de “agarrar”
y que los animales “repongan” verdaderamente bien”. Esta es la
antigua experiencia campesina.”(Voisin, 1971).
Los
fenómenos que ocasionan este descenso de la producción (años de
miseria) son muy complejos, y la falta de elementos nutritivos
asimilables o el tipo de variedades sembradas son solo algunos
factores entre otros muchos y no parecen ser los más importantes.
Los años de miseria se acentúan al cabo de varias roturaciones
sucesivas.
¿Debemos
buscar en el suelo o en la planta las causas de los “años de
miseria”?
La
elección de especies o variedades, así como su mezcla prudencial
puede atenuar los años de miseria, pero no debemos esperar nada más.
Tampoco son la causa de estos los errores en los métodos de siembra,
aunque tales errores pueden acentuar los problemas.
Busquemos
en el suelo, como evoluciona la estructura y la vida del mismo
durante los años de miseria. Los grandes aportes de abono no evitan
el descenso del rendimiento durante tales años. “La causa básica
de este descenso del rendimiento debe buscarse en las características
físicas desfavorables del suelo” (Klitsch 1932, citado por Voisin,
1971).
El
suelo de los nuevos sembrados tiende tendencia a endurecerse. Con
laboreo convencional el volumen de poros y el poder de retención de
agua aumenta al principio de la pastura sembrada pero rápidamente
comienzan a disminuir. “Durante los primeros años el elevado
rendimiento vegetal, toma del suelo cantidades anormalmente elevadas
de agua y de elementos fertilizantes. La competencia que ejercen
entre si las plantas jóvenes del nuevo sembrado y su adaptación a
las condiciones del medio, conducen a la destrucción de una
importante fracción de esta nueva flora, lo que pone al desnudo una
parte del suelo. Las consecuencias son evaporación improductiva de
agua y la formación de grietas o el apelmazamiento del suelo.
Traduciéndose en una disminución de la capacidad de almacenamiento
de agua. Entonces se alcanza el nivel más bajo: el suelo esta
“muerto” y ha perdido su estado muelle, que caracteriza al suelo
de pastizales viejos” (Klapp, 1942, citado por Voisin, 1971). Los
pastizales viejos ofrecen una mayor resistencia a la sequía.
Otro
de los fenómenos que ocurren durante el inicio de una pastura
sembrada es la disminución de materia orgánica del suelo por
oxidación de la misma, liberando nutrientes que permiten un
crecimiento inicial pero con disminución del humus.
“La
conclusión de nuestras observaciones es la de que es preciso
modificar lo menos posible la estructura física específica del
suelo de los pastos permanentes y por consiguiente, debe evitarse el
roturarlos” (Klistch 1932, citado por Voisin, 1971).
La
fertilidad del suelo depende, en gran parte de su riqueza en humus y
en elementos minerales asimilables, y que es debida a la actividad de
los organismos vivos que se encuentran en él como vegetales, hongos,
bacterias, nemátodes, ácaros, collémbolos, enquitreidos, moluscos,
lombrices, vermes del suelo, miriápodos, larvas dípteros, hormigas,
arañas, etc. Nuestros conocimientos sobre la vida del suelo son aún
muy escasos. En el estado actual de nuestros conocimientos, se
considera que los gusanos de tierra (lombrices) y los enquitreidos desempeñan un papel preponderante en la microfauna del suelo. Puede
observarse que el suelo de praderas sin roturar contiene un número
de gusanos de tierra más elevado que el de los suelos laboreados.,
la diferencia es aún más marcada para los enquitreidos. El gusano
de tierra es realmente “el arado de la Naturaleza” y el más
eficiente de todos los arados, además de hacer asimilables elementos
minerales del suelo (Voisin, 1971). La mayor acumulación de
organismos vivos así como de las raíces se da en las capas
superficiales del suelo, y la roturación de un pastizal permanente
significa la muerte de la mayoría de los gusanos de tierra y otros
organismos.
“Vemos
pues una de las principales causas de los años de miseria, el
desequilibrio producido en la vida del suelo” (Voisin, 1971).
Una grave confusión de ideas. La introducción de praderas
temporales en la rotación de cultivos, es indispensable. Recordemos
que lo que se llama la “revolución forrajera” consistió, desde
principios del siglo XIX, en reemplazar el barbecho por una pradera
temporal de leguminosas, segada o pastoreada, éste fue uno de los
grandes progresos de la agricultura. Ahora bien, como consecuencia de
una grave confusión de ideas, se ha mezclado el sistema de la
introducción de los prados temporales en la rotación de cultivos
con la cuestión de la roturación y de la resiembra de los
pastizales, a fin de mejorar su flora y su rendimiento.
¿Debemos roturar nuestros pastizales viejos para mejorarlos? En
muchos países se han empleado sumas considerables para convencer a
los agricultores de la conveniencia de roturar sus viejos pastizales
y resembrarlos, afirmándoles que, al proceder así, no harán más
que mejorarlos. No obstante, los agricultores permanecieron siempre
muy reacios a ello. En todos los países del mundo, los campesinos
son muy aficionados a percibir subvenciones. Es, pues, de suponer que
los agricultores tienen sus razones para rehusar este regalo.
Razones
de la resistencia de los campesinos a roturar prados permanente aún
con subvenciones. Si tras muchos años de existencia de una
subvención para un método agronómico cualquiera, el campesino no
la emplea normal y voluntariamente, debemos llegar a la conclusión
de que aquél ha podido comprobar que el método, aun con la
subvención no es ventajoso.
Veamos
pues las razones para mantener los prados permanentes. Examinemos
primeros las razones “animales”. Los agricultores temen por la
salud de sus animales en los prados temporales. Meteorismo,
parasitismo, hipomagnesemia, son algunas de los problemas asociados
con los prados temporales, o sea aumento de riesgo de enfermedades en
los animales.
Los
argumentos “vegetales” contra la roturación de los viejos
pastos, son el peligro de no lograr el sembrado, los años de
miseria, flora insuficientemente variada, sensibilidad de las
praderas temporales a la sequía, corto ciclo de vida de alguna de
las plantas sembradas, desarrollo de plantas no deseadas en las
calvas dejadas por la desaparición de ciertas plantas sembradas y el
costo de la siembra.
La
roturación y resiembra, consideradas como únicos factores de mejora
de los pastos. Czerwinka (1951, citado por Voisin, 1971) dice a este
respecto “ la falta más importante fue cometida cuando se pensó
mejorar las praderas roturándolas y resembrándolas de nuevo. Se
creyó que no era preciso conceder valor alguno más que a ciertas
plantas dignas de ser sembradas, y que el resto debería considerarse
como malas hierbas. De esta forma, se llegó a considerar
erróneamente que el ideal sería un pastizal sin flor alguna. La
roturación y la resiembra se estimaron, pues, como el único remedio
universal que permitiría mejorar una pradera. Algunos prácticos y
científicos reconocieron los fallos de este sistema”. Pero
continúa Voisin, “hará falta mucho tiempo antes de que su punto
de vista sea admitido. Y hará tanto más falta, cuanto que
desgraciadamente, los intereses económicos están ligados a este
problema de la roturación de los pastos viejos”.
“La
flora de un pastizal está bajo el control de los métodos de
explotación. Si un pastizal ha degenerado, es porque no fue
explotado debidamente, y la roturación y su resiembra no son capaces
de compensar los efectos de un sistema defectuoso de explotación.”
(Voisin, 1971)
(fin de la primera parte, continua en segunda, tercera y conclusiones)
(fin de la primera parte, continua en segunda, tercera y conclusiones)
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